8 datos para comprender el rendimiento de los estudiantes chinos

Los buenos resultados de los estudiantes chinos en el informe PISA, sumados a su creciente presencia en los centros de investigación más punteros del mundo, han hecho que expertos y entendidos en educación se fijen en su modelo educativo y reivindiquen la adopción o recuperación de algunos de sus ingredientes, como el alto nivel de dedicación o la disciplina, entre otros.

Pues bien, servidor no es ningún experto en educación, pero entre los años 2011 y 2012 tuvo la oportunidad de llevar a cabo una investigación entre los estudiantes de la Universidad de Wuhan, una de las 10 más importantes del país, obteniendo algunos datos que podrían ayudan a contextualizar y sopesar tan sonado éxito educativo.

Dichos datos provienen de 100 encuestas que realicé como complemento a la fase de investigación cualitativa, consistente en entrevistas en profundidad. El cuestionario pasó por dos rondas de prueba después de ser redactado en chino, y pienso que revela hechos bastante representativos de la realidad en la que se forman los estudiantes universitarios de élite en China, la cual podríamos sintetizar en los siguientes puntos:

1. Durante la secundaria, los estudiantes invierten entre 63 y 74 horas semanales en formación:

Estas cantidades medias incluyen las horas dedicadas a actividades extraescolares, aunque en los tres últimos años previos a la temida selectividad o “gaokao”, estas se reducen al máximo con tal de mejorar la preparación para las asignaturas decisivas. Es más, hasta un 12% de los estudiantes encuestados indicó haber estudiado más de 90 horas a la semana, lo que supone reducir las horas de sueño a menos de 7 y dedicar prácticamente todo el tiempo de vigilia al estudio. Por si fuera poco, en las localidades cercanas a las ciudades universitarias la situación de desventaja competitiva hace que algunos institutos solo dejen medio día de descanso a sus sufridos estudiantes.

2. Más de un tercio (35,9%) de los estudiantes de élite viven internos durante el bachiller:

En China es muy habitual que las familias se muden cerca de las escuelas donde quieren matricular a sus hijos, y muchos jóvenes son internados en los propios centros con el objetivo de que mejore su rendimiento. Sin embargo, vivir en las residencias (separadas por sexos) de los institutos implica aceptar un estricto régimen de control y disciplina casi militar no apto para cualquiera. Por otra parte, no hay que olvidar que hasta un 18,5% de los encuestados pasó la primaria bajo el cuidado de sus abuelos, ya que los padres suelen tener que migrar a otras ciudades para trabajar, lo que implica que los estudiantes chinos pasan relativamente poco tiempo junto a ellos, aunque ello no es óbice para que acaben desarrollando fuertes valores familiares.

3. Más de un 25% afirmó haber sufrido abusos psicológicos durante la educación primaria:

Los abusos ejercidos por parte de los profesores fueron los más recurrentes, afectando a casi un 30% de los estudiantes de élite, aunque seguidos muy de cerca por los padecidos a manos de padres y compañeros. Entre dichos abusos se incluyen insultos, rutinas ya prohibidas aunque todavía comunes de comparación pública de los resultados obtenidos, o chantajes emocionales por parte de los profesores, quienes suelen recibir primas en función del rendimiento de sus estudiantes.

4. Pese a la cantidad de presión ejercida por el entorno, la parte más alta (6,2/10) proviene de ellos mismos:

Puede parecer una contradicción, pero en realidad este dato expresa el modo en que los estudiantes convierten la rígida y puritana disciplina ejercida por padres y profesores en autodisciplina. No en vano, una de las recetas para el éxito más repetidas consiste en la adquisición de “buenos hábitos”, que todavía hoy se traducen en la disposición a estudiar más horas que el resto y en la capacidad de renunciar a lo lúdico, lo sensual y, sobre todo, lo sexual, enemigo prácticamente innombrable en el seno de las familias.

5. Al llegar a la universidad y relajarse el ambiente, la dedicación baja a niveles de primaria (43 horas semanales):

Este es uno de los datos que mejor revela la importancia de la presión y la disciplina en la fórmula china del éxito académico, y también constituye la razón por la cual la mayoría de estudiantes destacados ven las universidades chinas como un simple trampolín a las universidades extranjeras. De hecho, muchos estudiantes se sienten desorientados cuando descubren la menor implicación de los profesores universitarios sobre su formación, y otros muchos aprovechan el distanciamiento de padres, profesores y compañeros para hacer todo lo que no se les permitió durante el instituto.

6. Cuanto más avanzada sea la etapa educativa, mayor es el compromiso por mejorar el nivel de vida familiar:

Aunque la fuente de motivación principal para los estudiantes es el desarrollo y despliegue de sus propias capacidades, el deseo de mejorar las condiciones en las que vive su familia se hace más importante a medida que los estudiantes avanzan en las diversas etapas educativas, superando con creces a otros factores como “hacer de China un país mejor” o “mejorar el sistema socialista” (el peor valorado con 3,5 puntos sobre 10). De hecho, es muy común que los estudiantes desarrollen un fuerte sentido de responsabilidad e incluso deuda hacia sus progenitores cuando se hacen conscientes de los sacrificios que han realizado por su futuro.

7. Cerca de la mitad se hacen miembros del PCCH para cuando salen de la universidad:

Es más, aunque el 69% de los encuestados acumulaba menos de 2 cursos anuales, el 17% del total ya eran miembros y el 39,8% indicó tener planes de hacerlo. Además, muchos de ellos ya formaban parte de las organizaciones infantiles y juveniles del partido a las que se accede en función de los resultados académicos. Sin embargo, la información obtenida en las entrevistas en profundidad apunta a que la mayoría de los estudiantes se hacen miembros del partido debido a las ventajas que podría ofrecer a la hora de desarrollar una carrera en la administración o en las empresas estatales, las áreas profesionales más deseadas por los estudiantes.

8. Más del 90% se declara no creyente, pero el 15% reza alguna vez para superar un examen:

De hecho, este fue el principal motivo de oración entre los estudiantes que admitieron haber rezado alguna vez (52%), aunque muchos lo hacen de forma muy esporádica y movidos por una lógica similar a la de la Apuesta de Pascal. Es decir, los estudiantes rezan por no desaprovechar la posibilidad de que sus plegarias tengan resultado, y no por motivo de una convicción religiosa alimentada con un sistema de prácticas.

Por lo demás, las formas de culto practicadas por los estudiantes encuestados poco o nada tienen que ver con las típicas de los centros de élite cristianos de Occidente, aunque sí hay algo en lo que coinciden: la visión puritana de la sexualidad y la convicción de que el control sobre sus impulsos beneficia el rendimiento escolar.

Para más información sobre los resultados obtenidos podéis hacer click en este enlace.

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