Echarse novi@ nativ@ en China

Lo prometido es deuda. Me presté a considerar cualquier sugerencia temática que recibiera por vuestra parte, y ayer me llegó por fin la primera de ellas. La verdad es que antes de leerla temí encontrarme con la dedicatoria de algún troll, pero no, todo fueron buenas intenciones por parte de Daniel, un lector de Hangzhou que me pedía que escribiera sobre el eterno y siempre interesante tema de las novias chinas.

Sin embargo, espero que Daniel no se enfade si esta vez amplio la temática también a la cuestión de los novios chinos, ya que seguro que hay muchas mujeres, y también hombres, a los que interesa leer al respecto, por los motivos que sea.

En realidad, aunque muchos consideren este tema como algo banal, creo que constituye uno de los aspectos más cruciales a la hora de integrarse en la sociedad china, buena parte de cuyos lazos giran en torno al parentesco, que se inmiscuye hasta los ámbitos de lo profesional y lo económico como Pedro por su casa.

Con ello no quiero decir que un extranjero no pueda encontrar su lugar en China sin casarse con una persona local, pero a día de hoy, muchos de los llegados a China para trabajar y quedarse una buena temporada se encontrarán con que les resulta más sencillo y práctico tratar de buscar una pareja nativa.

1- En cuanto a los hombres occidentales y heterosexuales interesados en buscar una pareja china, lo cierto es que contamos con varios “handicap” muy a tener en cuenta en comparación con el caso de las mujeres occidentales o los hombres homosexuales, entre otras razones, porque China es un país todavía fuertemente marcado por el patriarcado.

Entre las “ventajas” con las que contamos los que no somos precisamente unos Adonis, está el hecho de que en China todavía domina la idea de hombre que reinaba en la España y la Latinoamérica de nuestros padres, a los que se valoraba más por su formación y su capacidad económica, que por su aspecto físico. Y dado que China es un país cuya renta per cápita no llega a los niveles de muchos países occidentales, nos encontraremos con el interés de muchas mujeres a las que no parece importar que seamos más feos que pegarle a un padre.

Por otra parte, los que se dirijan a las páginas web de contactos, se encontrarán con un gran número de pretendientes interesadas exclusivamente en hombres extranjeros, y cuyas familias están más dispuestas a aceptar el enlace, algo que puede ayudarnos a evitar una gran cantidad de problemas en el futuro. De hecho, en los últimos años son cada vez más las familias que animan a sus hijas a buscarse un novio extranjero con el que poder obtener un pasaporte a otro país y dejar atrás la cada vez más la problemática China.

Entre las desventajas que toparemos, que también las hay, está que muchas futuras suegras esperarán de nosotros que proveamos a nuestra esposa con una vivienda que tendremos que pagar por nuestra cuenta. Este es un asunto que nos afecta más a los extranjeros ya que, por lo general, en China son los padres del novio los que se hacen cargo de una buena parte del gasto, mientras que es muy posible que nuestros padres en Bilbao o en Buenos Aires se limiten a partirse de risa ante la idea de costearnos un piso en China.

Otra desventaja reside en que muchas de las chicas con las que nos encontraremos pertenecerán a la generación de las “pequeñas emperatrices”; hijas únicas tratadas con mimo infinito durante su niñez, acostumbradas a mantener una actitud un tanto infantil y a practicar el “sajiao” (撒娇 : pataletas y lloreras) para salirse con la suya, algo que a mi personalmente no me atrae en absoluto.

2- Respecto de las mujeres occidentales interesadas en hombres chinos, siento decir que la cosa pinta un tanto más complicada, debido, una vez más, a la fuerte presencia del patriarcado en China.

Aunque he conocido algunas parejas compuestas por mujeres europeas y hombres chinos, lo cierto es que este constituye un tipo de enlace bastante menos frecuente, ya que hay varios factores sociales y culturales que contribuyen a repeler a los posibles integrantes de la pareja.

Por parte de los hombres chinos, acostumbrados al ideal tradicional de que la mujer debe ser menos capaz que ellos, lo cierto es que muchos se sienten intimidados ante el perfil de mujer occidental liberada, con estudios superiores y un fuerte sentido de su carrera profesional. Pero lo que más les asusta es el sello de “liberación sexual” que en China se asocia a los occidentales, y que hace que se imaginen a las mujeres americanas o europeas como personas mucho más difíciles de satisfacer en el ámbito íntimo y sexual.

A su vez, muchas mujeres occidentales sienten una falta de interés proporcional hacia los hombres chinos, a los que imaginan un tanto machistas, controladores, y demasiado preocupados por mantener contentas a sus madres, cuestión que también constituye una causa de grandes problemas para las mujeres chinas.

Para colmo, en general resulta más difícil que los padres de él acepten una nuera occidental, ya que China es un país de fuerte herencia patrilineal y patrilocal, y se presta mucha atención al tipo de mujer que va a entrar dentro del linaje familiar, lo que a menudo supone pasar por un fuerte escrutinio de los suegros que no todas están dispuestas a aguantar.

Sin embargo, no todo son desventajas para las mujeres que se animen a ligar con hombres chinos, sobre todo si éstos han estudiado o trabajado ya en el extranjero, donde probablemente hayan descubierto los atractivos de la mujer libre e independiente en lo intelectual y lo económico, figura cada vez más en boga en un país en el que ya destacan las mujeres con estudios universitarios.

Casamiento simbólico entre dos hombres celebrado en Pekin

3- En cuanto a las personas de orientación homosexual, lo cierto es que, como en cualquier otra sociedad marcadamente machista, se encontrarán con grandes problemas a la hora de llevar su relación al ámbito público, algo para lo que los chinos todavía no están del todo preparados.

No en vano, en este país todavía es muy común que gays y lesbianas acaben optando por el “xinhun” (形婚), el matrimonio formal en términos conservadores, que les permite mantener a salvo su carrera profesional y su estatus social, todavía hoy en día muy ligados a los valores de la familia tradicional.

Sin embargo, también es cierto que en buena parte del sur y la franja costera del país, más libre del ideal del “macho alfa” que domina en la franja norte y el interior, la aceptación de las relaciones homosexuales puede ser más alta que la existente en los países del Este de Europa, Rusia, e incluso algunos países latinos.

Pero eso no evita que las autoridades políticas estén monitorizando y controlando las nuevas formas de expresión sexual que florecen en el país, y a las que temen por el efecto que podrían tener sobre el modelo de familia “nuclear-productiva” (en términos de mano de obra), y sobre la estructura social en la descansan los engranajes del particular capitalismo de Estado de China.

Si queréis seguir leyendo sobre el doble rasero que afecta a las relaciones de género en China, podéis acceder a la versión íntegra del artículo a través de este link.

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