Los manifestantes comienzan a plegar sus paraguas

Con los líderes de Occupy Central en libertad sin cargos, el abandono de la huelga de hambre de Joshua Wong y sus acólitos y las cada vez más acentuadas diferencias entre las organizaciones de estudiantes, parece que la denominada «revolución de los paraguas» no tenga claro cómo continuar con sus reivindicaciones mientras se aproxima al final de una etapa. La postura del Gobierno es firme y el jefe del Ejecutivo ha dejado claro que no le temblará la mano en el momento oportuno, el cual llegará este jueves después de casi 80 días de ocupación.

Han sido muchos los acontecimientos vividos la semana pasada. Desde la huelga de hambre frustrada por problemas de salud del líder de Scholarism, Joshua Wong, y otros cabecillas estudiantiles, hasta la entrega a la policía de los profesores universitarios Benny Tai y Chan Kin-man y el reverendo Chu Yiu-ming, cofundadores del movimiento Occupy Central, que salieron de la comisaría en libertad sin cargos.

Cautelosos ante la posibilidad de ser arrestados y procesados en un futuro por delitos más graves, los tres líderes de este movimiento de desobediencia civil decidieron entregarse a la policía tras reconocer que la ocupación no estaba cumpliendo con sus objetivos. Asimismo, hicieron un llamamiento a las organizaciones de estudiantes y al resto de manifestantes que permanecen acampados para que desalojaran la zona y trasladaran sus reivindicaciones a la sociedad con debates públicos y otras acciones ante el miedo de una mayor escalada de violencia policial.

Sin embargo, los líderes estudiantiles, aunque dijeron respetar su decisión, insistieron en que el coste de perder a cualquier joven es demasiado alto para el Gobierno y afirmaron que la violencia policial no podrá pararles, ya que mucha gente está alerta y se unirá a ellos en algún momento si es necesario. En este sentido, dijeron estar preparados para el desalojo y añadieron que no opondrán resistencia, insistiendo en que aguantarán hasta el último minuto y evacuarán a los colectivos más vulnerables -gente mayor y estudiantes de secundaria- en los momentos iniciales.

Después de más de dos meses de ocupación, el Ejecutivo hongkonés no cede ante ninguna de las medidas de presión que se han iniciado por parte de los diferentes colectivos prodemocracia y ya está emitida la orden de desalojo. La «indiferencia» y la «actitud arrogante» de C.Y. Leung, según Wong, deja claro quién busca salida a la crisis política y quién no. Sin embargo, según el líder estudiantil «el restablecimiento de la reforma política es tarea del gobierno», por lo que habrá que esperar «sin muchas esperanzas», según los acampados, qué pasos da el Ejecutivo en esta dirección y qué camino siguen el resto de organizaciones que persiguen el sufragio universal para 2017.

A partir del jueves se verán las diferentes actitudes ante un desalojo que aunque se espera no sea violento, puede ofrecer algo de resistencia por parte de algunos exaltados. Mientras tanto, otros grupos de acampados ya han comenzado a plegar sus paraguas y sus tiendas con el objetivo de trasladar sus reivindicaciones a otros ámbitos que tendrán que dar a conocer en los próximos días.

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