Shimian Maifu y otras fallas miserables de Google Translate

Mis lectores saben que el tema de la traducción es uno que tengo muy cercano a mi corazón, y ya antes he hablado de sus dificultades y de algunas de las barbaridades que a veces resultan de no hacer las cosas con cuidado. Seguramente más de un enredo amoroso y más de una guerra han de haber empezado porque los amantes se perdieron en la traducción, o porque el intérprete oficial llegó con una resaca del demonio a la reunión de mandatarios y tradujo “cañones” en lugar de “saludos”. Si Abbott y Costello no se entienden hablando en inglés, hay que imaginar los galimatías que se pueden hacer si se mal entiende a otro en un idioma desconocido, y confiar en algún traductor que quizá recibió un soborno para decir mal un fonema clave.

Pero luego hay ocasiones peores, porque cuando no sabemos por lo menos estamos en posición de buscar a alguien que sí; pero lo malo es cuando creemos que sabemos y con esa convicción escuchamos y entendemos cualquier salvajada. En ocasiones el resultado puede ser inofensivo y cómico, como el del Pingüino Rodríguez, pero en otras podemos terminar con un ojo morado o con una pistola apuntándonos a la cabeza.

Sin ser tan dramático, voy a pasar al tema de traducción automática, que es una de nuestras maravillas modernas. Ya desde fines de los 80s, los primeros programas de inteligencia artificial de uso común prometían que el oficio de traductor se haría obsoleto en menos de 10 años. Y bien, aquí estamos en pleno 2014 y hay que reconocer que los avances en los software de traducción son espectaculares.

Pero también hay que reconocer que el lenguaje, como cosa orgánica, es tan complicado que los traductores distan mucho de perder su oficio. De todos los software que existen, escojo para mis ejemplos el Google Translate porque es el más popular. Como traductor de términos son todos buenísimos, y estos softwares tienen bases de datos cada vez más extensas de modo que pueden traducir no sólo frases con gramática compleja, sino nombres y hasta expresiones idiomáticas, que es lo más difícil en el uso diario. Y no sólo eso, sino que incluso la literatura puede ser traducida –o por lo menos entendida– aunque como veremos, aquí sí que los límites se hacen aparentes mucho más rápido.

Primero, un ejemplo de traducción de Edgar Allan Poe. Esta es la apertura de su famoso cuento “El Pozo y el Péndulo”:

  I WAS sick—sick unto death with that long agony; and when they at length unbound me, and I was permitted to sit, I felt that my senses were leaving me.

Y esto es lo que pone Google Translate:

Estuve enfermo -enfermo de muerte con que larga agonía; y cuando que al fin me desataron y me permitieron sentarme, me sentí que mis sentidos me abandonaban.

Es sorprendentemente buena. Aunque lo de “enfermo” está mal elegido y el “con que larga agonía” es una construcción mal hecha, esta es la traducción que se puede encontrar en un libro traducido por un ser humano:

Estaba rendido —extremadamente rendido por aquella larga agonía—; y cuando, por fin, me desataron y me fue dado sentarme, noté que mis sentidos me abandonaban.

Wow. Es prácticamente lo mismo y el sentido se entiende perfecto, aunque necesite un par de retoques. Incluso poesía, que es muy difícil de traducir, tiene buenos resultados. Siguiendo con Poe, esta es la primera línea de The Raven:

Once upon a midnight dreary while I pondered weak and weary over many a quaint and curious volume of forgotten lore…

Y esto es lo que dice Google:

Una vez sobre una medianoche triste, mientras meditaba débil y cansado durante muchos un viejo y raro libro de olvidada ciencia…

OK, no es tan bueno como el otro pero sí se entiende el significado. El principal problema es que en la segunda parte debería decir algo así como “sobre varios viejos y raros libros”. Ahora bien, es evidente que el traducir desde el inglés es el fuerte de Google, porque es el idioma más común y seguramente el que tiene una base de datos mejor hecha. Cuando pasamos, por ejemplo, al alemán, podemos ver más titubeos y sobre todo si queremos ver lenguaje poético. Por ejemplo esta línea de Goethe, en Fausto:

Wölbt sich des bunten Bogens Wechseldauer

Google dice:

Arcos de la hoja colorida duración cambio.

Que realmente no nos da idea de qué diablos está pasando ahí. Esta es una traducción de un poeta:

Se tensa en bóveda, magnífico, el cambiante y permanente arco iris,

¡Qué cambio! Y creo que no se necesita mucho más para saber que los lenguajes alegóricos aún distan mucho de poder ser traducidos fácilmente de manera computarizada. Pero vamos al tema del idioma chino, que se construye de una forma muy diferente a los idiomas occidentales. ¿Qué tan buen trabajo hace Google al traducirlo? Hay dos respuestas.

El chino moderno tiene una gramática poco complicada y realmente, poner casi cualquier frase escrita así, es fácil de traducir o por lo menos de entender su significado. De modo que ahí Google tiene un punto.

Pero el chino clásico ó el chino poético es espectacularmente difícil, porque no usa conjunciones, disyunciones ni otras herramientas del idioma hablado, además de que es altamente referencial; esto es, que con un solo caracter o dos, hace alusiones a referencias culturales con las que el lector debe estar familiarizado. Y aquí pasamos a territorio cómico con las traducciones de Google.

Empezando con un ejemplo moderno, digamos que queremos traducir el título de la película que en español se llamó “La Casa de las Dagas Voladoras”: 十面埋伏 (Shí miàn máifú). Esta es la respuesta:

Casa de las Dagas Voladoras

¿Cómo? ¿En serio? Y en inglés lo mismo: su respuesta es “House of Flying Daggers”, o sea el título de la película como fue traducida oficialmente. Eso es totalmente equivocado, si lo que uno quiere es saber qué significa realmente el título, que en realidad sería “Emboscada”, o más literalmente “Emboscado desde diez direcciones”. Es como si le preguntáramos al traductor qué significa “Airplane” y contestara “Dónde está el piloto”, ó “Aterriza como puedas”.

Y lo mismo pasa con otras películas: por ejemplo de la película 黄飞鸿, que debería traducirse simplemente como “Huang Feihong”, que es el nombre del protagonista, nos dice que es “Había Una Vez”, porque la traducción al inglés para promocionarla fuera de China fue “Once Upon a Time in China”. Ahora bien, para la traducción de títulos pueden hacer lo que quieran, pero un traductor no puede hacer lo mismo, porque no es eso lo que estamos preguntando, sino el significado real. La película霍元甲, que también tiene en su título el nombre del protagonista, Huo Yuanjia, fue traducida como “Fearless”, lo cual me parece bien, pero no puede ser que Google diga que eso significa “sin miedo”.

Y pasando ya a territorio surrealista, no es por ser injusto con los traductores automáticos, porque la verdad son increíblemente buenos, pero veamos las cosas más extremas para ver lo que aún falta por recorrer. El “Libro de las Mil Palabras” (千字文, Qiān zì wén) es un clásico chino pero fue escrito en el siglo VII y en un estilo poético extremadamente referencial, que es imposible de traducir si no se conoce todo el contexto de cada palabra. Sobra decir que Google —y cualquier traductor automático— falla de forma hilarante si se intentan poner frases de ese libro y querer obtener resultados coherentes. Vamos a ver cuatro ejemplos graciosos, primero con el original chino, luego con la propuesta de Google, y luego con una traducción fidedigna:

省躬讥诫, 宠增抗极

Provincia Mandamientos arco del animal doméstico,
ridiculizado aumento de la resistencia a la extrema.

Si otros se mofan ó te atacan, primero examínate a ti mismo.
Si otros te adulan y te lisonjean, primero desatiende sus palabras.

殆辱近耻, 林皋幸即

Escoceses casi vergüenza vergüenza que Lin Gao Xing.

Si se te acercan escándalo y vergüenza,
retírate al bosque y confórmate con tal fortuna.

渠荷的历, 园莽抽条

Jardín canal holandés bombeo Mang calendario.

¡Ah, la belleza del estanque con las flores de loto,
y del retoñar de la hierba en el jardín!

信使可覆, 器欲难量

Mensajero lo desea, puede cubrir es difícil de cantidad.

Las palabras veraces permanecen en el tiempo;
las buenas acciones no se pesan ni se miden.

Así que, traductores del mundo: estemos tranquilos. Aún falta un buen rato para que un Termi-nerdor venga y nos quite el trabajo.

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