“Yes… maybe”

Hay una cosa –bueno, una entre varias docenas– que a los extranjeros no acostumbrados a China les puede enervar. Esta cosa es el uso de “frases estandarizadas” que usan los chinos angloparlantes para responder.

Como la cultura china desarrolló un sistema educativo basado en la repetición y memorización de frases ya estructuradas, no es nada raro que extrapolen esta técnica al aprender idiomas. Así, por ejemplo, si a un extranjero nos hacen un cumplido diciendo que nuestro inglés es muy bueno, hay docenas de formas en las que podemos responder: “Thank you”, “You are very kind”, “Not at all”, “I’ve been speaking it for a long time”, etcétera. Pero si le hacemos ese cumplido a una persona china, hay un 90% de probabilidades de que responda “No, my English is very poor”.

El “No” del comienzo es una fijación cultural con la modestia: sólo recientemente con la acelerada apertura a más influencias extranjeras vemos que más jóvenes chinos contestan con un “gracias” que tradicionalmente sería una falta de modestia. En tiempos antiguos, al ofrecérsele un puesto oficial a una persona, o incluso el trono a un general que obviamente si iba a convertir en el siguiente rey, se tenían que realizar tres “rechazos rituales” del honor que se ofrecía, antes de finalmente aceptar.

En la famosa novela “Sueño de las Mansiones Rojas” (红楼梦, Hóng lóu mèng) de Cao Xueqin (1715-1763, 曹雪芹), vemos también que aunque el joven protagonista Jia Baoyu (贾宝玉) es hábil para improvisar poesía de buena calidad, su padre invariablemente dice de sus esfuerzos que “apenas son pasables” mientras camina con él y con varios amigos por el jardín. Estos son cumplidos velados, y la buena etiqueta indicaba que no podían ser explícitos porque era indicación de mal gusto.

Todas estas reglas generalmente aceptadas en la sociedad china son difíciles de asimilar en un principio, y menos cuando son traducidas y usadas en inglés u otros idiomas; pues se traduce directamente la forma china, en lugar de traducir su intención.

El ejemplo enervante al que me refiero aquí, es la traducción de la palabra 应该 (yīng gāi): literalmente se traduce como “debería”, o en inglés, “should”. Pero hay un uso particular que es el que saca de quicio a extranjeros, sobre todo si están viajando y con una agenda de trabajo apretada.

Cuando en chino preguntamos a nuestro guía, por ejemplo, “Entonces, ¿mañana el chofer nos recogerá a las ocho?”, la respuesta cortés en chino es 应该是 (yīnggāi shì). La frase se traduce literalmente como “Sí, debería de ser así”, lo cual en inglés y en español indica cierta duda; pero el sentido real es un simple “Sí”. Ahora bien, cuando un extranjero que no habla chino hace esa pregunta y recibe la alarmante “Yes, maybe” (Sí, quizás) como respuesta, empieza a sudar y a hacer muchas más preguntas, a las que el pobre guía chino no sabe bien cómo responder, porque en su opinión ya dijo claramente que sí.

– ¿Pero entonces puede que no llegue?

– Sí llega.

– Pero dijiste “quizás”.

– Sí.

– ¿Entonces? ¿Quizás no llega?

– Sí, sí llega. Quizás.

– Aaaaarrrggghhhhhhh.

No se ofusque, estimado viajero; un “quizás” no es tan grave como parece. El chofer llegará.

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