10 ideas (no tan) descabelladas para vender la moto a los chinos

Todos sabemos que buena parte del auge económico de la fábrica del mundo se debe a su capacidad de vender a precios irresistibles. Pero con el acceso de su vasta población a nuevas cotas de consumo, se abre toda una serie de oportunidades de mercado que todo emprendedor debería considerar.

Por eso, hoy me gustaría ofrecer 10 ideas de negocio con las que tratar de rascar unas perras en el mercado chino, que ellos ya nos han vendido hasta los espárragos, ¡hombre ya!

No obstante, en mi lista he excluido productos y servicios harto publicitados como el vino, el aceite de oliva, el turismo o los bienes inmobiliarios.

Como comprobaréis, algunas de ellas suenan a simple gilipollez, aunque, ¿cuántos de los productos que utilizamos a diario fueron tomados en serio en el momento de su lanzamiento?

Todavía recuerdo el aluvión de críticas y escepticismo que cayó sobre el iPad cuando salió al mercado, y ahora no hay fulano que no incluya una tablet en su inventario de objetos indispensables.

Así pues, mucho ojo, porque puede que en la siguiente lista de aparentes despropósitos encontréis el santo grial de la jubilación prematura:

1- Alimentos en conserva:

Durante mi estancia en China he conocido unas cuantas empresas que trataban de vender productos tipo delicatessen a las clases más pudientes, y también algún que otro restaurante de gama tirando a alta.

Pero aunque es posible que eso del “alto valor añadido” funcione a la hora de vender jamones a los chinos adinerados, cualquiera que haya pasado un tiempo en el país sabe que la mayoría de la población es muy aficionada a comer conservas de todo tipo, especialmente las preparadas al vacío, que dejan ver al cliente lo que está a punto de llevarse al buche. Y este pequeño detalle es algo que deberían considerar los responsables de productos estrella como los callos enlatados o las míticas tortillas precocinadas.

Basta que el envase muestre bien lo que lleva dentro, que pinte una sevillana, un torero o un futbolista bien grande en el diseño, y ya estamos listos para vender comida “mediterránea” a los chinos, os lo dice Jabiertzo.

2- Leche y lácteos:

Es posible que muchos hayáis oído que los chinos no toleran la leche, y que no les gustan sus derivativos. Pues bien, aunque es verdad que el aroma del queso viejo produce arcadas a buena parte de su población, China es un país que consume un montón de leche y que se está aficionando rápidamente a los yogures y el queso fresco.

De hecho, uno de los acuerdos estrella que cerró Mariano Rajoy en su útlima visita a China fue el de la venta de alfalfa, ya que esta leguminosa hace que las vacas produzcan más y mejor leche, y los chinos se preocupan mucho por este producto desde el escándalo que afectó a una de las empresas nacionales. Es más, si preguntáis en cualquier oficina de correos sobre el producto que más envían los chinos residentes en España, os encontréis con que la leche en polvo está entre los más recurrentes.

3- Fútbol y más fútbol:

Por si no os habíais enterado, a los chinos les vuelve locos el fútbol, y aunque ya hay unas cuantas empresas haciendo dinero con la venta de camisetas y demás parafernalia, creo que se trata de un sector que tienen un enorme potencial aprovechable desde muchas bandas, incluida la que voy a comentar a continuación.

Además, en parte debido a lo futbolero que es el presidente Xi Jinping, muchos analistas prevén un buen empujón a las infraestructuras y recursos de este deporte, y ello crearía posibilidades profesionales que irán mucho más allá del fichaje de Camacho como seleccionador nacional.

4- Videojuegos:

En China, hacer salidas de ocio o de juerga cuesta bastante más dinero que en Europa en términos relativos, por lo que millones de jóvenes prefieren pasar sus ratos libres frente a los mandos de un buen videojuego. Por eso, cualquier empresa del sector con títulos más o menos exportables debería plantearse muy en serio una aventura en territorio (virtual) chino, especialmente aquellas en las que el lenguaje juegue un papel menos importante.

Por cierto, echad un vistazo a la ambientación de World of Warcraft: Mists of Pandaria, y no me digáis que no sugiere cierto intento por atraer a los jugones del gigante asiático.

5- El idioma:

Debido a la cantidad de países en que se habla y a su enorme potencial estratégico, el español es uno de los idiomas que más interés está generando en China, y aunque ya hay muchas instituciones y empresas que llevan años enseñándolo en las aulas, este escenario ofrece grandes oportunidades para quienes desarrollen métodos de auto-aprendizaje o cursos online capaces de pescar el espíritu autodidacta de los estudiantes chinos.

6- Guías y servicios de formación:

Como consecuencia de lo mencionado en el punto anterior, hay cada vez más centros formativos chinos interesados en establecer relaciones con sus homólogos de habla hispana. Y aunque es verdad que las redes de contacto entre ambos mundos están todavía muy poco desarrolladas, ello también implica que hay un montón de trabajo a realizar por las empresas o agencias que se animen a catalogar los estudios ofertados y asesorar a los estudiantes interesados.

7- Proyectos y publicaciones culturales:

Por muy trasnochado que suene eso de vender medios culturales al público chino, creo que se trata de una de las apuestas más sensatas para un grupo de emprendedores capaz de escribir decentemente en chino. Las últimas oleadas de estudiantes de intercambio con China dan para eso y mucho más, aunque quizás todavía nos cuesta darnos cuenta de lo mucho que podemos aportar en este ámbito.

A mí, que soy bloguero, me hacen chiribitas los ojos solo con imaginar la cantidad de lectores chinos que podría tener una buena página o revista virtual sobre el mundo latino. No os digo más, que me robáis el proyecto.

8- Ligoteo y rollos románticos:

Pese a que en China también domina ese estereotipo tan poco merecido de que los franceses son lo más de lo más en romanticismo, poco a poco se va extendiendo el mito del latin lover, y junto a él, o ella, se abre todo un potencial de productos culturales especializados en el ligoteo y las supuestas artes amatorias de los iberoamericanos. Traducid al mandarín novelas de culebrones y libros para parejas aburridas y venceréis.

9- Cosmética y terapias varias:

Durante estos años junto a mi novia china, he podido comprobar la cantidad de pasta que las mujeres -y cada vez más hombres- de este país están dispuestas a dejarse con tal de lucir una piel divina de la muerte. Me parece que, en general, las chicas gustan mucho de los productos que protegen o blanquean la piel, aunque también parecen más que dispuestas a probar cualquier tratamiento churriflástico-alternativo de esos, y si lleva la etiqueta “natural” todavía mejor.

10- Estudios de mercado:

Por último, a mis solicitados colegas sociólogos les animo encarecidamente a que se busquen socios en algún departamento chino y monten una empresa dedicada a hacer estudios de mercado con características chinas. Conozco algunas empresas relativamente pequeñas y sin demasiada experiencia que están trabajando un montón en este sector, y me da la impresión de que todavía hay sitio para muchas más aventuras de este tipo.

Además, no pocas empresas que dieron el salto a China han fracasado precisamente por no haber tomado en serio sus particularidades sociales y culturales. Es decir, por no haber contratado a un experto en ciencias sociales como servidor, quien, además, tiene a la venta un Opel Corsa nuevito, nuevito que…

Bueno, pues eso es todo por hoy. Espero que el artículo os haya aportado alguna idea de negocio, aunque sea de rebote, o que os hayáis entretenido un poco con mis ideas de bombero.

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