En 2022 se celebrará el Congreso del Partido Comunista Chino y por ahora Xi Jinping se prepara para una campaña sin rivales, aunque con desafíos importantes.
Xi Jinping, de 68 años, ha estado en el poder durante diez años y se esperaba que Xi Jinping abandonara su escaño en el XX Congreso del Partido Comunista Chino (PCCh), que se celebrará en el otoño de 2022. Esta fue la regla impuesta por Deng Xiaoping en 1982 limitando los mandatos. Pero tras la enmienda constitucional de 2018 que abolió el límite de dos mandatos, es más que probable Xi Jinping busque la reelección.
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«Doble circulación» y «prosperidad común»
Lejos de mantener un perfil bajo en la recta final, Xi Jinping ha decidido acelerar el ritmo de la reforma. Esto se deriva en dos conceptos que surgieron en 2020 y están más interrelacionados de lo que parecen: «Doble circulación», que tiene como objetivo hacer que China sea menos dependiente económicamente del exterior, en particular Estados Unidos, y «prosperidad común», que tiene como objetivo reducir la desigualdad social. al exigir a los más ricos, ya sean empresas o individuos, que redistribuyan parte de su riqueza.
Xi Jinping ha dicho esto muchas veces en los últimos años que China se enfrenta a un entorno internacional hostil. Especialmente originado por la tensión y hostilidad durante la presidencia de Donald Trump. En este contexto, la «doble circulación» tiene como objetivo aumentar la calidad de los productos fabricados en China para que el país ya no tenga que comprar productos estratégicos en el extranjero que necesita hoy. La «prosperidad común» es la segunda etapa de un razonamiento que tuvo como primera etapa el fin de la pobreza extrema, alcanzada oficialmente en 2020.
¿»Revolución» o continuidad?
Cuarenta años después de que Deng Xiaoping permitiera que los chinos se enriquecieran, Xi Jinping considera urgente reducir las desigualdades sociales y redistribuir parte de la riqueza. Está en juego la legitimidad del PCCh. Pero introducir un impuesto a la herencia o un impuesto a la propiedad y el debate sobre revolución o continuidad es dispar, y las últimas medidas tomadas dependiendo de cada uno parecen poco o demasiado.
Aléjate del oeste
Para los representantes de la izquierda nacionalista, China no necesita acercarse a Occidente, por el contrario, alejarse de él. Y es por esto que las empresas tecnológicas chinas y celebridades están actualmente en la mira del gobierno, ya que sospechan que están transmitiendo valores occidentales.
Por supuesto, en tal contexto, cualquier debilidad del rival estadounidense es bienvenida. Si la retirada de Estados Unidos de Afganistán no solo beneficia a Beijing, el fracaso de la estrategia estadounidense de construcción de la nación es el pan de cada día de la propaganda. La Fuerza Aérea de Estados Unidos aún no había abandonado Kabul cuando los chinos ya estaban planeando agregar Afganistán a la larga lista de países que participan en su programa «Nuevas Rutas de la Seda». Este nacionalismo naturalmente le ha ganado a China cierta enemistad con otras naciones.
