Cop26 y los planes de China

¿Qué se discutirá en la COP26?

La 26ª Cop se está celabrando del 1 al 12 de noviembre en Glasgow.  Particularmente este año se nota una mayor conciencia del agravamiento del cambio climático respecto años anteriores y cada vez más hay un mayor compromiso de muchos países en el objetivo de lograr la total neutralidad de las emisiones de carbono para mediados de siglo. Todos estos elementos han llevado a la asignación de grandes esperanzas a la COP26 en Glasgow, con dos expectativas en particular.

Expectativas del COP y contexto de crisis energética

En primer lugar, se espera que los países que se han manifestado comprometidos con el logro de la meta cero neto lo traduzcan efectivamente en decisiones concretas, es decir, en medidas legislativas. Para lograr el objetivo, las emisiones deben reducirse en un 45% para 2030 (en comparación con 2010) y, posteriormente, reducirse a cero.

En segundo lugar, que para ello los países signatarios del acuerdo de París, actualicen sus planes nacionales de acuerdo con los objetivos firmados. A principios de octubre, 113 de los 191 países (responsables del 49% de las emisiones globales) habían presentado sus planes actualizados, con la previsión de una reducción del 12% de sus emisiones para 2030. Sin embargo, teniendo en cuenta los 78 países restantes (o el 51% de las emisiones globales), se espera que las emisiones crezcan un 16%. En conclusión, se espera que los países rezagados (incluida la decisiva China) puedan alinearse con los objetivos marcados por los demás países.

Pero por el lado contrario de estos planes, nos encontramos con una gravísima crisis energética que aflige al mundo entero y de la que no parece haber plena conciencia. Su gravedad en la escasez de suministro de energía y especialmente metano ha creado la subida de sus precios que ha contagiado los de la electricidad. Por lo que ante la crisis, los gobiernos han renunciado de inmediato a las posiciones que habían apoyado hasta ahora.

Por lo que en Glasgow no se esperan grandes cambios y se espera que simplemente acaba siendo una pasarela política de apretones de manos y fotografías.

Los planes de China y sus promesas

Xi Jinping prometió llevar a China hacia el pico de emisiones en 2030 y la neutralidad de carbono para 2060. Pero el tiempo pasa rápido y falta un plan detallado. Las directrices recientes sugieren el camino a seguir para reducir el consumo de energía y aumentar el uso de fuentes limpias. Pero algunos de los objetivos, por ambiciosos que sean, ya se conocían y el plan, revelado con un mes de retraso, aún no se ha presentado formalmente a las Naciones Unidas.

Chiona es el primer emisor de CO2 del mundo y su renuncia a abandonar los combustibles fósiles es unta tarea difícil, ya que finalmente son esenciales para una superpotencia productiva como es China. Según Xi, China «controlará estrictamente los proyectos de carbón» y limitará drásticamente el aumento en el consumo de combustibles fósiles en el decimocuarto plan quinquenal (2021-2025) “para luego reducirlo paulatinamente en el decimoquinto plan quinquenal” entre 2026 y 2030. Por lo que esto implica una posible expansión del uso del carbón en los próximos cuatro años.

China toma acciones controlando su desarrollo

China ha demostrado que se ha vuelto plenamente consciente de la crisis climática, pero eso no significa que esté dispuesta a revisar sus planes de desarrollo. Y China ha intentado explotar la ausencia estadounidense durante el gobierno de Trump para reposicionarse en el centro de las negociaciones climáticas. Con el objetivo de asumir un papel modelo para las economías emergentes, de las que el gigante asiático aún se considera líder. En este sentido, conviene leer la reciente promesa con la que Pekín se ha comprometido a frenar la exportación de proyectos de carbón. Una decisión que, según analistas, podría derivar en la pérdida de aproximadamente 50 mil millones de dólares de inversiones ya previstas en el marco de la One Belt & One Road , proyecto con el que el gigante asiático ha financiado y construido infraestructura en economías emergentes desde 2013.

Para Beijing, el desafío sigue siendo cómo implementar la agenda verde sin comprometer su estabilidad económica. El rápido aumento de las actividades industriales después de Covid en el último mes ha desencadenado una crisis energética que el gobierno chino se está preparando para hacer frente aliviando las restricciones sobre el uso de carbón. No solo aumentando las importaciones del exterior sino también con la producción nacional.

China debe tomarse un tiempo para mitigar el impacto ambiental y comprender cómo suprimir gradualmente industrias que todavía emplean carbón, directa e indirectamente, a decenas de millones de personas sin graves repercusiones sociales.

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