Situación actual de las fábricas en China.

Inestabilidad en las fábricas de China.

Los bufetes de abogados y todos aquellos profesionales que prestan servicios legales a las empresas extranjeras que operan en China, atienden llamadas o correos electrónicos de sus clientes porque éstos han recibido, desde su proveedor chino, un producto que tiene problemas de calidad, es diferente al previamente aprobado o no lo han recibido en la fecha pactada. Recurrentemente,  la respuesta es la misma: “no hay nada que podamos hacer por ustedes”.

Hasta cierto punto, a los profesionales del derecho y a los terceros involucrados con la empresa en cuestión, les resulta ventajoso culpar a la víctima en estas situaciones. Normalmente los abogados, cómodamente, pueden alegar que deberían haberlos llamado antes de comenzar a tener problemas y de esa manera, podrían haberlos evitado.

Pero, ¿qué pasa cuando una empresa china, socia o proveedora,  de repente quiebra o desaparece?  ¿Cómo puede el comprador occidental ser responsable de esto?.

¿Qué pasa cuando  la fábrica china quiebra?

Con los actuales cambios económicos y sociales que se están produciendo en China existe cierta  inestabilidad en sus fábricas y muchas de ellas no gozan actualmente de buena salud económica- financiera.

Normalmente, cuando una fábrica china quiebra, las consecuencias y los problemas derivados de ello recaen sobre el comprador extranjero.

Dada la actual situación de inestabilidad, me puse a buscar y analizar cómo tratan estas cuestiones los  profesionales del derecho que tienen experiencia en China y encontré una enumeración muy racional, adecuada a la situación actual y que aplicada nos podría ayudar a evitarnos los graves  problemas derivados de la quiebra de nuestro proveedor.

Esta enumeración, que transcribo a continuación, del artículo de D. Harris titulada “Las seis reglas del Due Diligence en China” creo que puede ser tenida en cuenta, no solo por inversores que buscan un socio chino, sino también por los compradores, a la hora de evaluar a sus futuros proveedores.

1. Acércate a la empresa como lo haría un cliente potencial local. De esta forma podrás  ver lo que los clientes locales de China ven. Por otra parte, están generalmente menos dispuestos a correr riesgos legales en su mercado de origen (China) de lo que lo estarían en Europa o América.

En otras palabras, investiga a tu futuro proveedor chino desde el ámbito local y deja en manos de tus colaboradores o personas de confianza chinos la investigación. Sus puntos de vista y conclusiones pueden ser muy importantes.

2. Toma “con pinzas” las presentaciones de la compañía. En un país donde una gran cantidad de gerentes ganan menos de $500 por mes, no es difícil para una empresa sin escrúpulos comprar la lealtad de alguien por lo que dura una llamada telefónica o una reunión. Debes confiar en tus propias redes de contactos para ayudarte a entender a la empresa y a la industria. Si no tienes esas redes, lamentablemente, no debes tomar la decisión de invertir en China por ti mismo.

3. Trata de construir tu propio escenario de fraude, ponte en lugar del posible defraudador. En algún momento de la evaluación de cada inversión o proveedor, debes detenerte y pensar cómo podría organizarse todo lo que te ha presentado la empresa. Es bueno para los inversionistas o clientes poner en práctica este proceso para ser menos crédulos. Más importante aún, este tipo de pensamiento deja claro cómo simples medidas (por ejemplo, pintura en maquinaria vieja) puede ser muy eficaz para engañar a un inversor o futuro cliente crédulo.

4. Olvídate del papel. Céntrate en las operaciones. En China se puede comprar cualquier tipo de documento, incluso oficial. Es difícil de entender por qué los inversores ponen tanta fe en los estados bancarios, facturas y contratos. El mundo de los negocios en China está lleno de historias de estados de cuentas bancarias falsificadas y otros documentos que conducen a ofertas desastrosas. Desafortunadamente, la mayoría de los auditores aplican el manual de auditoría de los sus países de orígenes – la revisión de documentos, y tomándolos por su valor nominal, al pie de la letra.

En vez de esto, tienes que mirar la propia operación.

¿Cuándo será la entrega, cuánto material se mueve dentro y fuera de la fábrica, la oficina parece ser un hervidero de actividad? ¿Cuánto es el número de empleados que puedes contar? ¿Cuántos metros cuadrados tienen las instalaciones?

Todas estas son preguntas básicas en las que debes pensar cuando visitas el sitio. Y vale la pena visitarlo dos o tres (o más) veces – un buen estafador puede montar un espectáculo, pero es poco probable que sea capaz de hacerlo de la misma manera cada vez. Debes estar atento a las diferencias sutiles. En última instancia, si no puedes encontrar una buena manera de medir las ventas o la productividad de la empresa (como en el caso de una empresa de servicios), piénsalo cuidadosamente antes de proceder a la inversión.

5. Habla con los competidores. Los competidores son  empresas reales, y por lo general pueden decir una de dos cosas acerca de un competidor fraudulento – ya sea que son oscuros o pocos conocidos (a veces el «competidor » sólo ha escuchado acerca de la compañía por primera vez); o, saben que es un fraude.

Muchos competidores se muestran reacios a hablar abiertamente al principio sobre un competidor fraudulento si saben que usted es un inversionista potencial de  esa empresa. Sin embargo, si eres un cliente potencial que está haciendo compras a un proveedor, puede ser una historia diferente.

6. No delegues a ciegas y si lo haces debes  asegurarte de  hacerlo en el profesional y persona correcta.

Una gran cantidad de inversores y compradores con experiencia en China tienen historias sobre subordinados que se aliaron con la empresa o proveedor evaluado con el objetivo de intentar defraudar a propio inversor o cliente.

Riesgo cero.

De acuerdo, prosigue D. Harris, ya tenemos las reglas a seguir que nos ayudarán a tomar nuestras previsiones pero ¿qué pasa con la situación en la que la empresa occidental ha hecho todo lo expuesto anteriormente y su fábrica china quiebra y sin previo aviso sus propietarios desaparecen de la noche a la mañana?

Hacer lo anterior no ayudará en absoluto con esa situación, ¿no?

Pues sí, claro que ayudará.

Cuando esto ha ocurrido a sus clientes, las dos veces que tuvieron muy buenos contratos pudieron ir a las fábricas de China y llevarse el producto elaborado por el que ya habían pagado, mientras que otro producto había sido confiscado por el Gobierno para ser usado en el pago de los empleados.

Pero también admitió que, incluso en las dos situaciones anteriores sus clientes no pudieron recuperar el 100% de lo comprado, pues en ambos casos la fábrica china sólo había producido alrededor de la mitad del producto por el que se había pagado. Obviamente, terminaron perdiendo dinero en el otra mitad y, más importante aún, tuvieron problemas de rotura de stock sobre esos productos – y en ambos casos- en temporada alta.

¿Podría  haberse evitado esta situación?

Creo que la respuesta es sencilla y bastante en línea con lo que las empresas occidentales pueden hacer: monitorear constantemente sus fábricas chinas en busca de signos de problemas.

Entiendo, por supuesto, que este tipo de respuesta está muy bien en un seminario, pero ¿qué significa en la vida real ? ¿en nuestro día a día empresarial?

Como ya dijimos, actualmente y por diferentes tipos de razones más y más fábricas en China están cerrando sus puertas. Las fábricas chinas  están normalmente abiertas un día y quiebran al día siguiente, casi siempre sin ningún tipo de aviso. Lo más importante es establecer y controlar  los siguientes tres indicadores. Ellos nos permitirán monitorear si tu fábrica de China está o no en  problemas.

Espacio no utilizado / capacidad ociosa.

Incumplimientos reiterados de los plazos de entrega.

Conflictos con el personal y despidos.

A estos indicadores debemos sumarles los “rumores de pasillo” o “rumores de máquina de café” en occidente o “rumores de mesa de té” en China,  que puedan traernos nuestros propios empleados, que están en contacto con las fábricas, product managers, controladores de calidad, etc..

Una cosa más a la que siempre hay que estar atento es a los cambios de las leyes, tanto sea la legislación china que se aplica directamente sobre las fábricas ( leyes medioambientales) o las concernientes a los cambios demográficos y sociales ( ley del suelo, zonas de uso  público, etc.) que puedan afectar a la fábrica, su localización, su entorno, su logística, sus permisos, etc..

Conclusión.

La externalización de tu producto a China nunca será sin riesgos, pero mientras más proactivo seas en reducir esos riesgos, mejores serán tus probabilidades de prevenir los problemas.

Y si aun así, no has podido evitar esta situación ponte en manos de tu persona y colaborador de confianza local para que se informe de la situación por sus canales y lleve la negociación adelante con tu control. Por experiencia te digo, que no puedes darte una idea de lo efectiva que pueden llegar a ser las negociaciones entre los mandos intermedios de ambas partes, si se encuentra, del lado de la fábrica quebrada, a la personas idónea y se identifica sus intereses.

Esta persona es clave porque si tiene una posición medio relevante en la organización nos irá informando del proceso de primera mano, sabe dónde están localizados nuestras producciones y los materiales que aún no se han utilizado, puede tener acceso a los documentos de exportación originales que no se nos hayan entregado durante el transcurso, entre otras importantes cuestiones.

El tener acceso a esta información nos posiciona con muchísima ventaja con respecto a otros damnificados y con respecto a las autoridades en pos de negociar lo más rápido y efectivamente posible.

Espero que entre todos «hagamos más fácil el aprovisionamiento textil en Asia.»

Encuentras éste y otros artículos sobre aprovisionamiento textil en Asia en www.gabrielfariasiribarren.com

Saludos!

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