El nuevo modelo de crecimiento chino anticipado por Xi Jinping, está ya teniendo repercusiones con la crisis del sector inmobiliario chino. En los últimos días, las agencias de calificación global han rebajado la calificación de los bonos de Evergrande, el principal actor chino del sector. Evergrande, cuyo rescate participaron varias empresas privadas, incluida Suning (propietaria del Inter de Milán), ahora corre el riesgo de impagos.
Soho China colapsa
Pero la crisis se está extendiendo por toda la industria. El lunes 13 de septiembre, el desarrollador inmobiliario Soho China se desplomó más del 30% en la bolsa de Hong Kong. La empresa fue abistada por el capital privado estadounidense Blackstone, en busca de oportunidades de inversión y crecimiento en China. Una maniobra que fue duramente criticada por el financiero George Soros. Soros reveló el riesgo sistémico en el sector inmobiliario chino, a base de lo ocurrido durante la crisis financiera del 2008.
El fondo estadounidense valoró a Soho China en alrededor de US $3.300 millones en junio de 20211, pero el endurecimiento del gobierno chino sobre el sector privado, con un fuerte activismo antimonopolio fue un revés y una llamada de atención para el inversor extranjero. El gobierno chino ha ampliado su arsenal regulatorio, lo que dificulta que los grandes gigantes privados obtengan liquidez y Blackstone retiró la oferta. Esto ha desencadenado que varias empresas del sector entren en crisis, empezando por Evergrande.
La regularización del sector inmobiliario chino
El sector inmobiliario chino viene definido por del gran crecimiento económico de China y de varias décadas con un modelo de inversión de deuda que lo había hecho prosperar. Este sector también está llamado a crecer y de operar de manera más saludable, lo que ahora existe el riesgo de repercusiones en todo el sector. Pekín pretende sobre todo preservar la estabilidad política y la sostenibilidad del modelo de crecimiento económico a largo plazo, aunque eso conlleve que algunos gigantes del sector corran el riesgo de derrumbarse.