Las tórridas temperaturas que se alcanzan en muchos puntos de China al llegar la temporada estival serían sin duda una excusa perfecta para tomarse unas vacaciones de verano en la costa, pero las costumbres culturales y los hábitos de la población del Gigante Asiático distan mucho de las ansias de playa y sol de los veraneantes españoles. La temporada estival en China no es sinónimo de descanso: las vacaciones están relegadas a una veintena de días correspondientes a fiestas oficiales repartidos a lo largo del año, y los estudiantes aprovechan el mes y medio de fiesta (las clases suelen empezar en agosto) para repasar de cara al curso siguiente. Sin embargo, la influencia occidental y la incipiente clase media están cambiando los hábitos de los chinos al tiempo que el turismo veraniego empieza a despuntar como alternativa de ocio. Eso sí, con importantes salvedades.
El hotel temático Chimelong de Guangzhou ofrece algo más que una cómoda estancia en un lugar plácido y tranquilo. Este macrocomplejo de 360.000 metros cuadrados incluye un recinto con animales exóticos, desde tigres blancos hasta flamencos, que pueden observarse desde la habitación a través de un cristal. Una decena de restaurantes y cinco parques temáticos completan una oferta de ocio que incluye zonas ‘forestales’ especialmente indicadas para la celebración de enlaces matrimoniales, carruaje y caballos incluidos.
Las excentricidades relacionadas con el turismo no son nuevas en China. Los enormes parques temáticos que tapizan las principales ciudades del país son solo un ejemplo de la oferta lúdica en el Gigante Asiático. En Beijing los visitantes de Happy Valley (una cadena de parques diseminada a lo largo y ancho de China) pueden deleitarse en un enorme recinto de 560.000 metros cuadrados que incluye una fiel reproducción de templos mayas y de un puerto del mar Egeo; en Dongyang el público puede visitar los estudios cinematográficos de Hengdian, llamado el “Hollywood chino”, donde se rueda gran parte de la ingente producción audiovisual del país, y en Shanghai, el antiguo pabellón de Sudáfrica de la Exposición Universal de 2010 se ha convertido en Happy Chocolate Land, un palacio del dulce con reproducciones chocolateadas de la Ciudad Prohibida o los guerreros de Xian.
Sin embargo, en cuanto a turismo estival se refiere, la isla de Hainan gana adeptos en un concepto de ocio vacacional más acorde con el estándar occidental. La llamada ‘Florida china’ cuenta con un clima templado durante prácticamente todo el año, por lo que se ha convertido en el lugar perfecto para quienes deseen gozar del sol y la playa. En los últimos años, la incipiente clase media china, deseosa de emular a sus homólogos occidentales, se agolpa en esta isla situada en el sur del país en busca de ocio y buenas temperaturas. Este nuevo tipo de turismo de playa, tan arraigado en occidente, es algo relativamente nuevo en un país cuyos habitantes han relegado tradicionalmente del sol y del bronceado. Sin embargo, las nuevas modas importadas del oeste parecen estar cambiando las preferencias de los turistas chinos, que ahora se atreven incluso a desinhibirse en playas nudistas. Esa misma adaptación ha hecho que los chinos tengan que ingeniárselas para adaptarse la ese nuevo ‘estilo de vida’. Buen ejemplo de ello son los llamados ‘facekini’, una nueva ‘moda’ introducida en el país para compatibilizar las horas en la playa con la aversión al bronceado. Juzguen ustedes mismos.
Para saber más:
http://en.visithainan.gov.cn/en/index.aspx
*Este post se publicó originalmente en la sección Negocios en Yuanfang Magazine
Autor: Sergi Alcalde
Una idea sobre “Turismo de verano en China *”
Qué bien, me encantó estuve buscando canciones de frozen para enseñarle a mi hija pequeña, gracias gracias llevo una hora viendo todos los vídeos jeje