La “prosperidad común”. Si a la sociedad le va bien, a la economía y a la política también.

La “prosperidad común” es una tercera vía que yace entre el igualitarismo y la desigualdad exacerbada. Es una política que busca la prosperidad compartida por todos, tanto en cuestiones materiales como culturales, y que debe ser impulsada gradualmente.

Esta «prosperidad común» es un tema central en el Gobierno chino, pues si a la sociedad le va bien, a la economía y a la política también. Incluso, algunos funcionarios chinos señalan que la «prosperidad común» es una cuestión de seguridad nacional.

Por tal motivo, las fuerzas de seguridad del Estado deben ayudar a combatir la acumulación ilegal de ingresos con la ayuda de nuevas leyes y regulaciones. Por ejemplo, los crímenes cibernéticos, tales como la evasión fiscal y los fraudes en línea, son actividades que vulneran la igualdad social y, a su vez, la estabilidad de un sistema.

Dicha estabilidad está en riesgo, especialmente ahora, pues la pandemia ha ejercido una gran presión en el mercado laboral chino. El Gobierno ha buscado reducir la creciente desigualdad en el reparto de la riqueza mediante la política de «prosperidad común». Uno de sus efectos recientes, ha sido que las compañías chinas han vuelto a centrarse el mercado nacional. Por ejemplo, este año, Alibaba comprometió USD 15, 500 millones en proyectos relacionados con la «prosperidad común» en China.

Asimismo, algunos analistas chinos señalan que el país debería reducir el coeficiente de Gini (un indicador de la desigualdad social) a 0,4 para 2025, con el fin de lograr una “prosperidad común” real. Sin embargo, dicha propuesta ha generado polémica, pues Estados Unidos de América, una economía criticada por los medios chinos por sus disparidades sociales, tiene un coeficiente de Gini del 0,39 aproximadamente, sólo una décima por debajo de la cifra propuesta por los analistas.

Sin duda para el Gobierno de Xi Jinping, la “prosperidad común” es un requisito esencial del socialismo y una característica clave de la modernización del modelo chino, cuya implementación fortalece a largo plazo el desarrollo y la permanencia del Partido Comunista de China.

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