Cosas que aprendí en China

Hoy quiero escribir algo personal . El título es “cosas que aprendí en China” y ¡no se refiere precisamente a que aprendí chino! Es más bien las cosas que uno tiene que aprender y que están relacionadas con las nuevas circunstancias que me tocó vivir: una cultura diferente necesariamente necesita nuevas habilidades, nuevos comportamientos. Este proceso de adaptación hace que uno sobreviva a China o le dé el famoso pekinazo (aquí puedes leer lo qué es http://enbeijing.com/el-pekinazo/)

Aprendí a cruzar la calle

Sí, aquí para cruzar la calle hay que tener nervios de acero y activar el modo zen. Primero porque los coches tienen permitido virar a la derecha con luz roja, segundo porque lo hacen sin pisar el freno, tercero porque además hay que esquivar bicicletas, motos eléctricas, motos, scooters, los famosos tuk tuk y otros medios de transporte que ni siquiera sé como llamarlos. Todo un proceso de aprendizaje que me llevó un par de meses, pero ahora, soy una experta

Aprendí a comprar por Internet

Una de las cosas que aprendí es comprar a través de internet, no sólo Taobao sino que muchas páginas web más. Porque Beijing es lo suficientemente grande como parar perderse buscando un producto ¡Todo está en internet y llega a la puerta de tu casa! Ahora, hay que desarrollar ciertas habilidades para lograrlo: primero el idioma, todas las páginas están literalmente en chino, luego activar (y que funcione) el banco online y finalmente aprender a recibir los envíos.

 

Aprendí a comer de todo sin preguntarme de dónde viene

Mejor… ni preguntar, con tal que esté rico. Y no lo digo por si estoy comiendo carne de rata, sino que sobre la seguridad de la comida y sobre la cantidad de ingredientes y métodos de cocina que se desconocen en occidente.

comida

Aprendí a lo que significa PM2.5

Durante los últimos años el tema de la contaminación ha pasado a primer plano, así que todos nos preocupamos qué respiramos, cuál es la mejor mascarilla , cuál es la calidad del aire cada hora. Es algo que no debería saber o no debería estar preocupada por lo qué es, pero lamentablemente es una realidad en China.

Aprendí a lidiar con el bipolarismo

Bueno, esta última es algo muy personal. Para mi Beijing es bipolar, no existen los grises sino que blanco o negro. Lo amas o lo odias, cielo azul o contaminado, todo el mundo te entiende tu chino o se ríen en tu cara y así sigue cada día. Aquí un ejemplo: fotos tomadas desde mi ventada dos días diferentes.

 

Aprendí a valorar las pequeñas cosas

Cosas que nunca había valorado, hoy me parecen un gran tesoro, les pongo ejemplos: el cielo azul, un asiento vacío en el metro, encontrar pantalones de mi talla, una palta, un café de calidad, una botella de pisco, que un chino me entienda, poder leer las noticias…

Aprendí a empezar de nuevo

Cambio de casa, cambio de trabajo y cambio de amigos son cosas que uno vive constantemente en China. Y es la realidad porque la movilidad es constante lo que obliga a empezar de nuevo cada año: nuevos amigos, nuevos vecinos, nuevos compañeros, nuevas rutinas…

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