Cuando España quiso conquistar China

Ilustración de conquistadores españoles por Tuomas Korpi

Quien desee ilustrarse sobre el apasionante Galeón de Manila, puede encontrar en Chinalati parte del blog “La Nao Va”, de Cuauhtemoc Villamar, con información extensa sobre el barco que durante siglos surcó el Océano Pacífico. Primera línea regular intercontinental Asia-América, lo llamaríamos hoy.

Chatay, actual China, en el mapa de Américo Vespucio

Cuauhtemoc dedica una entrada de su blog al (frustrado) intento de invasión española de China desde Filipinas. Recordemos que los españoles estaban establecidos en Filipinas desde su conquista por el guipuzcoano Miguel López de Legazpi en 1565, tras haber cruzado el Océano Atlántico y el Pacífico. En el contexto de la época, parecía tener sentido el querer continuar la conquista hacia el oeste. Estaba reciente la aventura de Hernán Cortés que con un puñado de hombres conquistó el imperio Azteca, y la de Francisco Pizarro, que hizo lo propio en el Perú. Si estos aventureros encontraron la gloria y las riquezas en osados ataques contra grandes imperios, ¿por qué no lo podían intentar con China aquellos españoles desde Filipinas?

Estatua de Miguel López de Legazpi en la ciudad de Cebú, Filipinas

También Fernando Paz, en su libro “Antes que nadie”, analiza en un capítulo las tramas de la época, y los esfuerzos del padre Alonso Sánchez para organizar una expedición contra el emperador Wan Li (万历), de la dinastía Ming. Para ello se dotó a la aventura de justificacion en el Sínodo de Manila (1582), se acondicionó el puerto de Nueva Segovia en el norte de Filipinas para facilitar la empresa, se enviaron embajadas a Macao para averiguar la fuerza del ejército chino, se valoró el apoyo japonés a la empresa e incluso se viajó desde Manila a Madrid para solicitar al Rey una audiencia y así convencerlo.

Puerto de Nueva Segovia, base prevista para la invasión

Un trabajo monumental sobre este asunto fue la tesis doctoral realizada por Manuel Ollé, en la Universidad Pompeu Fabra: «Estrategias Filipinas respecto a China» (1998). En ella analiza los acontecimientos históricos, su contexto y documentos de la época. Estos documentos incluyen cartas del propio Alonso Sánchez y de otros jesuitas, así como documentos del lado chino.

A pesar de todos los preparativos, el intento de invasión nunca llegó a consumarse. La aventura no se llegó a acometer, siguiendo a Paz, fundamentalmente por tres motivos:

1.- El momento en que se planteó fue muy inoportuno. En 1588 coincidió con los preparativos de la Gran Armada, en la guerra de España contra Inglaterra. Dicha campaña, de resultado desastroso, requirió de todos los fondos de la Corona. En Madrid se sospechaba que una guerra con China requeriria de ingentes recursos, y las arcas del tesoro no permitían aventuras adicionales. Cinco años antes (o después) la propuesta hubiese encontrado una acogida más favorable.

2.- En la década de 1580 Portugal disponía ya de cierta influencia en China. En esa fecha el Rey Felipe II heredó la corona de Portugal, pero mantuvo la separación de reinos. Esto se aplicaba a la metrópoli, pero también a las posesiones africanas y asiáticas de Portugal. España y Portugal habían mantenido combates en Indonesia en la década de 1520 (con la expedición de Loaysa) y el Rey no quería que se repitiesen, causadas por un ataque español a China.

3.- Por último, los jesuitas llevaban bastantes años en China. Su postura oficial, contraria a la de Alonso Sánchez, era que el conocimiento de las costumbres locales y aculturamiento eran mucho más eficaces para conseguir la conversión de los chinos al cristianismo, antes que la fuerza de las armas. Pensaban, posiblemente con razón, que una invasión echaría a perder el esfuerzo realizado, por lo que se opusieron frontalmente al proyecto.

Por los motivos anteriores, la iniciativa se diluyó en toda esta esta trama de conjuras e intereses contrapuestos. Dada la fortaleza de China en aquellos momentos, la expedición hubiese tenido pocas o ninguna posibilidad de resultar exitosa. Quedó en el mundo de los posibles, en una época de grandes descubrimientos y precursora de la actual globalización.

Para saber más: Manuel Ollé, «La empresa de China«, Ed. El Acantilado, Barcelona 2002.

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