En Why On White ya os hemos hablado anteriormente de los maravillosos carteles producidos por la propaganda política china y del fantástico Museo de la Propaganda de Shanghai donde se encuentran almacenadas muchas de estas obras. En esta ocasión queremos hablaros de un tipo de pósters muy peculiares que han perdurado desde los años 60 hasta prácticamente la actualidad, nos referimos a los pósters que se produjeron para publicitar la carrera espacial china.
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Zhang Ruiheng (张瑞恒), ‘Vagando hacia el espacio en un cohete’, 1962 |
El programa espacial chino tuvo sus inicios en la década de los 50 como respuesta a un posible ataque nuclear por parte de Estados Unidos y, posteriormente, cuando las relaciones sino-soviéticas se complicaron, de la URSS. Mientras que los ojos del mundo se ponían en la llamada guerra de las galaxias desarrollada por las dos super potencias para determinar quien dominaría el espacio, China desarrollaba su propio programa espacial que culminó con el lanzamiento de su primer satélite en 1970 (cuatro años antes de que España lanzara el INTASAT, el primer satélite artificial puesto en órbita por nuestro país). Este satélite se llamó DFH-1 ya que la única finalidad del mismo era la de retransmitir durante 15 días una canción en honor a Mao Zedong titulada Dong Fang Hong «El este es rojo». A pesar de lo curioso de su funcionalidad, el programa desarrollado por Qian Xuesen (钱学森), padre del programa espacial chino, fue todo un éxito y sirvió para mejorar el sistema de comunicación entre China y sus satélites artificiales.
Los primeros carteles propagandísticos sobre la carrera espacial china datan de esta época y tienen una estética marcadamente infantil ya que estaban destinados a una sociedad con un bajo índice de formación y con altas tasas de analfabetismo (El índice de analfabetismo era de más del 80 por ciento en 1949, cuando se fundó la República Popular China). De ahí que estas imágenes cuenten con bastantes incorrecciones científicas y un tono pueril que hacía más fácil su comprensión por parte de la población. Todo ello, por supuesto, sin perder el preciosismo y el brillante colorido tan arraigado en la tradición artística china.
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Yang Furu (杨馥如) ‘Volando a las estrellas‘, finales de la década de los 50. |
A principios de la década de los 70 el programa espacial sufrió un parón debido a la agitación política de la Revolución Cultural y se reanudó ya con la llegada de Deng Xiaoping (邓小平) al poder en la década de los 80. Sin embargo la estética de estos carteles cambió poco ya que se mantuvieron las inexactitudes científicas, la ingenuidad y las imágenes preciosistas y recargadas que recuerdan en gran medida a las imágenes creadas para felicitar el año nuevo chino.
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Shi Shiming (史士明), ‘Llevando a sus amigos de juegos hacia las estrellas’, 1980 |
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Liu Chonglin (刘崇林), ‘Un jardín en el espacio exterior’, 1985 |
Pero es bajo el gobierno de Jiang Zemin en la década de los 90 cuando el programa espacial chino sufre un auténtico despegue (y nunca mejor dicho). Fue en esta década cuando se dio luz verde al Proyecto 921 que consistía en enviar misiones tripuladas al espacio. Las cuatro primeras misiones fueron preparatorias y carecían de tripulación pero finalmente la misión Shenzhou V, en español Barco Divino V, lanzada el 15 de Octubre del 2003 se convirtió en la primera misión china tripulada. El general Yang Liwei se convirtió en el primer astronauta chino ya que estuvo 21 horas en órbita alrededor de la tierra. Así, China paso a la historia como el tercer país capaz de poner en órbita a un astronauta. Durante los años siguientes se enviaron nuevas misiones del Proyecto 921 al espacio y Yang Liwei se convirtió en un auténtico héroe nacional. Estos avances en la carrera espacial fueron presentados por el gobierno como resultado de su decidido apoyo a los proyectos científicos y sirvieron a una nueva generación de dirigentes chinos para legitimarse en el poder. Así los símbolos nacionalistas chinos y el discurso militarista ganaron protagonismo en los carteles propagandísticos, dejando de lado la visión simplista y un tanto ingenua que había predominado hasta entonces.
A partir del 2003 las misiones tripuladas se han seguido repitiendo con la finalidad tanto de colaborar en misiones internacionales como de desarrollar un programa espacial propio en el que se contempla la posibilidad de la exploración de la superficie lunar o la creación de una estación espacial permanente propia antes del 2020. Esta estación espacial permanente llevará el nombre de Tiangong (天宫), cuya traducción sería Palacio Celestial, y vendría a ser la respuesta china a la Estación Espacial Internacional (ISS).
En 2012 China lanzó al espacio la nave tripulada Shenzhou IX en la que por primera vez viajaba una mujer astronauta, Liu Yang (刘洋), que en aquel entonces contaba con 34 años. Aquí podéis ver el lanzamiento de la Shenzhou IX gracias a la web de RTVE.
En el campo de la estética la principal aportación del nuevo milenio a la propaganda china fue la aparición del Photoshop cuyas imágenes pueden parecernos un pelín cutres ahora, pero en aquel momento fueron el último grito. Con la llegada del nuevo siglo los valores nacionalistas siguen presentes en la propaganda china, sin embargo las ideas científicas han ganado peso frente a las militaristas. Desaparecen los materiales de guerra que dejan paso a los artefactos científicos y el rojo chillón es sustituido por el negro plagado de estrellas luminosas.
Lo cierto es que la conquista de diferentes hitos en el ámbito aerospacial ha contribuido a que la sociedad china se quite de encima la losa de la humillación sufrida por su país en los últimos siglos por parte de las potencias occidentales. Los ciudadanos chinos vuelven a percibir parte de la grandeza política y liderazgo intelectual que en su día tuvo China. Y a ello han ayudado, de forma muy significativa, las imágenes y los mensajes de propaganda china.