Manual para profesores: cómo manejar a los padres chinos

“Matthew ha sacado un 70% en el examen escrito.”, digo a sus padres, enseñándoles el cuento que escribió su hijo.

“¿Un 70%? ¡Qué horror!”

“Bueno, esa es más o menos la media de la clase.”

“¿La media?”, me pregunta su padre, taladrándome con la mirada. Glups. Ya la he cagado. “Yo no tengo ninguna intención de que mi hijo esté en la media. El primer idioma de este niño es el inglés, como el mío. Matthew debería sacar un 100% en el examen.”

Me encantaría decirle que aunque el nene habla muy bien inglés, la verdad es que su primer idioma es realmente el chino, pero me callo. Este señor chino-americano es de armas tomar, como muchos de los padres que he conocido estos últimos tres años, y hay que ir con cuidado. Le digo que estoy totalmente de acuerdo, y le explico por qué no ha sacado una nota más alta -no ha seguido correctamente las instrucciones. A continuación le enseño exámenes peores y mejores de otros alumnos, para que pueda comparar y tener una visión más realista de cómo le va a su hijo. Finalmente, respiro. Es que a veces se me olvida.

Ahora que me quedan un par de meses escasos para abandonar mi colegio, siento que finalmente entiendo cómo funcionan los padres de mis alumnos. No todos son iguales, ni todos siguen el estereotipo de “madre tigre” china que exprime al máximo a sus hijos. Pero para una profesora occidental, algunos padres chinos presentan ciertas características de lo más extrañas, y es conveniente estar al tanto para evitar problemas siempre que sea posible.

  1. No hay que sorprenderse si lo que más parece importarle a los padres son las notas. Puede que te pregunten si pueden sacarle una foto al examen. Luego lo que hacen es pasársela al profesor particular del niño para que repasen juntos los fallos que ha tenido. También es normal que algunos te pregunten cuál es la media de la clase, dónde queda su hijo en ese ranking, y si alguien ha sacado un 100% en el examen.
  1. Los padres se preocupan de que los profesores vean a sus hijos de una manera objetiva.Quieren oír aspectos negativos y positivos por igual. Incluso si su hijo es un angelito, encuéntrale algún defecto, porque si no es probable que los padres piensen que estas exagerando.
  1. Si tienes problemas con un alumno que se porta especialmente mal, los padres te apoyarán al principio. Pero si solo les contactas para comunicarle los problemas que causa el nene, empezarán a pensar que le tienes manía. De nuevo, hay que ser objetivo, así que intenta equilibrar los mensajes negativos con alguno positivo -como sea.
  1. Los padres de los peores alumnos académicamente se preocupan por el progreso de sus hijos, pero como saben que no les va muy bien, no se obsesionan con las notas. Sin embargo,los padres de los niños supuestamente más listos, se agobian muchísimo si su hijo no saca un 90 o 100% en los exámenes, a pesar de que el niño o niña sea de los mejores de la clase. Te preguntarán, angustiados, si piensas que necesita un profesor particular para mejorar su inglés escrito. A estos padres hay que tranquilizarles. Explícales que incluso los niños nativos de inglés no sacan las notas más altas, y que si le das aún más trabajo en su tiempo libre lo único que conseguirás es hacer que odie el inglés.
  1. La mayoría de los padres chinos con dinero que llevan a sus hijos a colegios bilingües o internacionales, quieren que su niño o niña vaya a estudiar al extranjero en el futuro. Básicamente, lo que quieren saber es si su a su nene le irá bien en Harvard, aunque le queden doce años o más para ir a la universidad. En este caso puedes explicarles cómo puede su hijo mejorar su inglés ahora, y también que las universidades extranjeras buscan algo más que alumnos brillantes -pero cuidado, no suenes como una sabelotodo. A lo mejor estás hablando con un padre o madre que conoce el sistema educativo americano muchísimo mejor que tú, y puede ofenderse con tu tono condescendiente.

  1. Te encontrarás con más de un padre o madre que utiliza la palabra presión para hablar de su hijo. Por ejemplo: “Creo que hay que presionar más a Isaac”, o “Puedes ejercer más presión todavía sobre Rika”. Isaac y Rika tienen ocho años, por cierto, pero oye, cuanto antes empiecen a acostumbrarse a la presión mejor, ¿no?
  1. Muchos padres sienten que sus hijos no les escuchan ni obedecen, incluso los niños que mejor se portan en clase. Por eso no es raro que, si un alumno se niega a hacer los deberes en casa, los padres te digan que lo que tienes que hacer es castigarles -y te sugerirán varios castigos posibles-, en lugar de responsabilizarse ellos y asegurarse cada día de si su hijo ha hecho los malditos deberes. Te dirán que lo que más miedo le da a su hija es tener que hacer los mismos deberes diez veces, o que la obligues a salir a la pizarra a repetir la lección delante de todo el mundo.
  1. Los padres están todos metidos en un grupo de Wechat -el Whatsapp chino- que es algo así como la jungla. Ahí es donde pondrán el grito en el cielo un día que los niños no tengan deberes, o donde una madre furiosa preguntará quiénes son los padres de Fulanito, que ha pegado a su hijo hoy. Los profesores no pueden participar en estos grupos, pero el padre o madre representante de todos ejercerá de puente entre el grupo y los profesores.
  1. Es normal que algunos -en realidad muchos- de tus alumnos hagan deberes hasta las diez de la noche, y ningún padre se queja. También es normal que algunos niños tengan tantas actividades extraescolares que no tengan tiempo de hacer los deberes de inglés -los de chino y matemáticas sí, siempre.
  1. Por último, algo más bien anecdótico. El concepto de hacer un bocadillo a un niño cuando se va de excursión con el colegio es algo bastante novedoso. La mitad de mis alumnos van a estas excursiones con comida más o menos sana -arroz con verduras o sándwiches caseros- y la otra mitad viene con guarrerías compradas por ahí, bolsas de patatas fritas, y galletas, caramelos y chocolatinas para repartir entre los colegas. Los padres están híper ocupados, y parece que lo que importa es que sus hijos tengan golosinas con las que puedan quedar bien con todos. Siempre tendrás uno o dos niños vestidos a diario con ropa de Kenzo o Gap, pero que no se lavan los dientes. O padres que te piden más deberes de gramática pero que no enseñan a sus hijos a atarse los cordones. Las prioridades de estos adultos a menudo resultan bastante extrañas.

Lo que yo aconsejaría a cualquier profesor que tenga que lidiar con padres chinos ricos, es sobre todo que tenga en cuenta el contexto social y económico del que vienen. No tienen mucho tiempo, y sí mucha presión, no solo por parte de la sociedad sino de otros padres y de sus propios familiares. Sienten que tienen que preparar a sus hijos para un futuro muy competitivo, lo cual les genera estrés y hace que descarguen sobre ti una gran responsabilidad. No merece la pena tomarse sus excentricidades o quejas como algo personal, porque nosotros venimos de otra cultura y de una forma de enseñar diferente. Lo más importante es mantener una comunicación positiva y clara con ellos por el bien de sus hijos.

Aun así, por mucho que intente aceptarles y comprenderles, mis “padres” siguen volviéndome loca.

Buena suerte a todos.

Puedes ver el post original en: https://enlaotrapuntadelmundo.com/2016/05/02/manual-para-profesores-como-manejar-a-los-padres-chinos/

Deja un comentario

Una idea sobre “Manual para profesores: cómo manejar a los padres chinos”