Apertura del e-commerce en China: una oportunidad para los inversores internacionales

El imparable crecimiento que la economía China viene experimentando en los últimos años hace que cada vez más empresas extranjeras hayan apostado por exportar sus productos y servicios al gigante asiático. La otra gran oportunidad que ofrece el mercado chino es el comercio electrónico, con más de 150 millones de compradores online y un crecimiento en 2014 de un 31,4%, alcanzando un valor total de mercado de más de 2 trillones de dólares, según los datos del Centro de Investigación de E-commerce en China (CECRC).

Además, la lenta apertura económica del mercado asiático se ha visto favorecida por la entrada en vigor el pasado enero de una reforma que modera los requisitos exigidos a las empresas extranjeras para operar en el mercado chino.

Hasta ahora las compañías extranjeras no lo habían tenido fácil en este país. La legislación exigía que los inversores de fuera de China contaran con un socio local, ya que permitía que fueran dueños de un máximo del 55% de las acciones de la sociedad. Pero la nueva normativa supone una posibilidad comercial tanto para grandes empresas como Amazon, que han tenido dificultades para competir en ese mercado, como para las PYMES, ante las que se abre una gran audiencia de clientes potenciales.

Esta reforma económica permitirá a los inversores extranjeros contar con el 100% del capital de empresas de comercio electrónico en la Zona de Libre Comercio de Shanghai, según datos de la agencia estatal Xinhua, lo que previsiblemente supondrá un aumento de las startups o e-commerce internacionales dirigidas al mercado chino.

Esta norma se enmarca dentro de las propuestas aperturistas llevadas a cabo en la Zona Piloto de Libre Comercio de Shanghai, un área experimental que comenzó a operar en 2013 con el objetivo de servir como zona de pruebas para las reformas económicas que se fueran poniendo en marcha por la progresiva apertura económica que el país quería llevar a cabo. Esto supuso, desde el principio, una posibilidad para la inversión extranjera en sectores hasta ese momento vetados.

En su apuesta por la exportación al país asiático, las compañías españolas ven en el comercio electrónico una posibilidad de crecimiento a sólo unos clics. El salto pasa por un estudio del mercado asiático, una adaptación del catálogo de productos y servicios ofrecidos y unas adecuadas traducciones al chino de la página web corporativa.

A la hora de llevar a cabo este proceso de transformación es importante contar con expertos en traducciones técnicas que, además, sean nativos chinos ya que de cara a la introducción en un nuevo mercado es importante no sólo unas traducciones profesionales sino un plan de negocio que se base en un conocimiento exhaustivo de la sociedad receptora. Copys bien traducidos, un diseño web adecuado para la audiencia y unas herramientas de navegación que respeten los hábitos de consumo locales son indispensables para resultar rentable en un sector tan competitivo como el mercado electrónico chino.

El actual comercio electrónico chino

Las previsiones no apuntan a que esta tendencia vaya a cambiar, a pesar de que algunos estudios hablan de una ligera desaceleración del crecimiento del mercado chino en el primer trimestre de 2015. En términos generales, el crecimiento de las ventas minoristas experimentó una desaceleración, con una caída interanual del 11,9 al 10,7%, aunque las previsiones son que el crecimiento se estabilice en el segundo trimestre como consecuencia de la recuperación de la demanda interna y mundial y de varias medidas fiscales favorecedoras.

Según el informe del CECRC, al término de 2014 el sector del e-commerce en China daba trabajo directo a más de 2,5 millones de personas e incluía a otros 18 millones de personas en industrias y servicios relacionados indirectamente con el comercio electrónico.

En 2014, el mayor crecimiento se produjo en los negocios online Business to business (B2B), mientras que el aumento más rápido tuvo lugar en el sector del retail, que creció cerca de un 50% respecto al año anterior llegando a los 450 billones en 2014 gracias a la expansión de compañías nacionales de comercio electrónico como JD.com o los portales Taobao y Tmall, del grupo Alibaba.

La salida a bolsa de Alibaba en septiembre de 2014 fue el mayor estreno bursátil en la historia tanto de Wall Street como de los parqués a nivel global, alcanzándose un importe captado de 25.000 millones de dólares. Con estos ingresos, el gigante chino arrebató el récord mundial al también asiático Agricultural Bank of China, que en 2010 había conseguido incorporar 22.100 millones de dólares.

Los resultados más positivos del año pasado en el comercio electrónico en China corresponden a Taobao, una plataforma digital que facilita a empresas y a empresarios individuales la apertura de tiendas online que alcancen a miles de potenciales consumidores a nivel mundial. Su modelo de negocio incluye tanto productos nuevos como usados que pueden ser puestos a la venta con un precio fijo o mediante subasta.

Taobao, fundado en 2003, es el portal de negocios peer-to-peer -y ahora también B2C- más popular de China. De hecho, no le ha costado mucho desbancar a sitios con una base empresarial similar como ebay.cn y otros portales dirigidos a la compra-venta.

Otro de los gigantes asiáticos del comercio electrónico es AliExpress, una plataforma que pertenece también al grupo de Alibaba y que pone en contacto a vendedores -más de 200.000-, proveedores y clientes finales. Cuenta con un catálogo de millones de productos y presume de ofrecer al consumidor productos a precios de fábrica directos de China. Una de las diferencias con Alibaba es que esta incluye proveedores internacionales mientras que AliExpress sólo trabaja con empresas chinas.

Con este panorama, intentar hacerse con un trozo del pastel del comercio electrónico chino es una empresa harto complicada. Sin embargo, el cambio en la regulación del que hablábamos al principio supondrá una serie de movimientos en los próximos meses en el negocio del ecommerce en China. Los primeros que lo notarán serán gigantes del comercio electrónico como Amazon o eBay, que hasta la fecha encontraba muchas barreras para hacer competir con los actuales líderes del sector, los locales JD.com y Alibaba.

Pero también supone una oportunidad para las pequeñas y medianas empresas que quieran exportar al inmenso mercado chino. Una oportunidad, eso sí, arriesgada debido a la alta competencia existente y a unos costes publicitarios que han acabado por hundir a muchos de los pequeños empresarios locales.

La forma de pago más utilizada en el comercio electrónico en China es Alipay, una plataforma de pago en línea basado en depósito en garantía que Alibaba lanzó en 2004. Alipay acapara aproximadamente la mitad de todas las transacciones de pago online en China (48%), la mayoría provenientes de ventas en Alibaba.

Fuente: Haike Traducciones

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