En 2000 que llegué a China, trabajé más de un año como profesor de idioma con estudiantes desde primaria hasta universidad. Fue una experiencia en extremo iluminadora y he escrito extensivamente acerca de mi interacción en el sistema educativo chino a nivel primaria. Como mi trabajo era en esencia hacer que los alumnos hablaran, diseñé muchos experimentos a través de los cuales podría aprender de sus puntos de vista y sus sesgos culturales, por ejemplo al pedirles que votaran acerca de las profesiones más importantes, o acerca de sus opiniones acerca de los peores vicios.
Pero las cosas cambian. Incluso después de 15 años, o viviendo en nuestro propio país, somos ignorantes de muchas realidades y en especial de los cambios paulatinos que se van dando en la cultura al evolucionar e interactuar con otras ideas y tendencias. Por eso acepté de buena gana una oferta de la preprimaria a la que asiste mi niña de tres años, para dar clase de idioma los sábados a niños de primaria. Las respuestas a mis ejercicios de hace 15 años ya no son las mismas.
No he tenido oportunidad aún de hacer un muestreo tan extenso como lo hice en aquel entonces, pero un ejercicio favorito que he aplicado es el del Cuento. Para hacerlo, dibujo a un hombre caminando y digo “Iba de noche por el camino cuando…”, pidiéndoles que por turnos vayan desarrollando una historia. En aquel entonces, indefectiblemente en las historias que los niños construían, empezaban a aparecer espíritus de zorros, monos heroicos y otra gran variedad de personajes del folclor chino. Por eso me ha sorprendido sobremanera que en las veces que llevo de ensayar este juego, no he escuchado una sola vez que mencionen a esos personajes. En vez de eso, aparecen inmediatamente James Bond, Batman, el Hombre Araña y Iron Man. Además empiezan a aparecer helicópteros y cazas F-14 que luchan entre sí y ocasionalmente Elsa la princesa de Frozen, o algún monstruo sacado de animaciones recientes.
En los descansos entre clases, los niños ven caricaturas de Peppa Pig, de Mickey Mouse ó de Dora la Exploradora; lo cual es normal porque es una escuela bilingüe. Pero todas ellas también tienen versiones en chino y muchos niños las experimentan así por primera vez, siendo asimiladas como algo propio. Un poco al estilo de las versiones en chino de canciones como “Historia de un amor” que en chino es “En mi corazón estás tú, no él” (我的心里只有你没有他, wǒde xīnlǐ zhǐ yǒu nǐ, méiyǒu tā) y que muchos chinos de hecho creen que es original china.
Ante esta andanada de importaciones culturales, la industria local ha redoblado la producción de animaciones y películas propias de alto perfil. Éstas usan tanto personajes tradicionales como el Rey Mono (孙悟空, Sūn Wùkōng), como nuevas creaciones como los Boonie Bears, que ha tenido tanto éxito que Disney ya compró la licencia para EEUU.
Las invasiones se empiezan a dar en ambos sentidos. Ya les iré contando de otros cambios que veo en los niños.
5 ideas sobre “Crecer con “lo otro””
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