Estudiar como dice Confucio

Confucio tuvo un alumno llamado Zi Lu (子路) quien, hasta antes de conocerlo, se había dedicado a practicar las artes marciales y el uso de la espada. Era un joven indomable y más bien jactancioso; era muy afecto al estudio serio y frecuentemente causaba conmociones durante las clases de su maestro. En una ocasión llegó con una espada a la clase y se puso a demostrar su habilidad, haciendo movimientos rápidos y saltando por todo el salón, casi llegando a tocar la nariz de Confucio con el filo de su arma. El maestro no se enojó y hasta parecía divertido viendo la travesura. Como Zi Lu veía que no obtenía la reacción esperada, enfundó su espada y mohíno, hizo ademán de retirarse, pero el maestro le dijo: “Te aprovecharía más estudiar cultura conmigo que desperdiciar tu tiempo haciendo tonterías el día entero”.

Indignado, Zi Lu contestó, “Desde pequeño ha sido buen arquero y espadachín, ¿de qué me sirve leer un libro?”

El maestro dijo, “Instruirte y cultivar tu mente es como tomar un pedazo de bambú y ponerle plumas detrás y una punta delante. Sin plumas, la flecha no tiene dirección; sin punta, no penetra en su objetivo”.

Zi Lu aparentó desairar esta respuesta y se retiró, pero esas palabras le habían calado hondo y a partir de entonces, en secreto escuchaba todas las clases de Confucio, parado detrás de una columna. Con el tiempo apreció cada vez más la vasta cultura de su maestro, y llegó un día en que no se separaba de su lado, para poder escuchar todas sus palabras. Más tarde, Zi Lu dejó atrás sus malos hábitos y, reverenciando la enseñanza de Confucio, se convirtió en el más adelantado y respetado de todos sus estudiantes. La actitud de Confucio hacia el estudio puede ser resumida en estas frases de las Analectas:

孔子说:

知学之人,不如好学之人,

好学之人,不如乐学之人。

Kǒngzǐ shuō:

Zhī xué zhī rén,bùrú hàoxué zhī rén;

hàoxué zhī rén bùrú yuè xué zhī rén.

Confucio dijo:

el que estudia no es tan bueno como el que estudia bien;

el que estudia bien no es tan bueno como el que disfruta del estudio.

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