Me encanta escuchar la melodiosa voz de karaoke del guía.
“Ah, Isabel está haciendo una referencia a lo del Nuevo Año Chino, que ahora estamos en el año de la oveja/cabra/carnero”, debéis estar pensando ese grupo escaso selecto de personas que me leen. ¡Error! En estos momentos me encuentro de vacaciones por el año nuevo o Spring Festival, como se llama también en inglés a este periodo de fiesta, y he pasado nueve días en la provincia de Sichuan, famosa por los osos panda y la comida picante. No ha sido un viaje especialmente entretenido ni he podido ver tantas cosas como hubiera querido, pero me ha servido para conocer mejor un aspecto de China que no había experimentado de cerca hasta ahora: su manera de hacer turismo.
Yo quería ver el parque natural de Jiuzhaigou, en el norte de Sichuan, pero como no quería hacer el viaje sola me apunté a un tour de tres días que me recomendaba el hostal. Durante esos tres días me hice amiga por conveniencia de dos chicas de Guangzhou, y tuve la suerte de coincidir en el tour con una familia simpatiquísima de Alicante. A pesar de todo esto, resultó ser una experiencia poco agradable. Básicamente, el tour estaba pensado para llevar a un rebaño de ovejas borreguiles (nosotros) a ver una serie de falsos y vergonzosos shows tibetanos donde los bailarines/cantantes parecía que se habían metido una raya o dos, a parar obligatoriamente en tiendas de artesanía artificial y productos alimenticios de precio desorbitado y visitar la única parte de pago de un pueblo típico que nos pillaba de camino (el pueblo en cuestión era Songpan). Luego entre medias de todo eso, sí, estaba ver la maravilla natural de Jiuzhaigou, pero eso casi era lo de menos.
No recuerdo haberme sentido nunca como alguien sin derechos, sin embargo esta vez me sentí así porque probablemente por primera vez desde que soy mayor de edad me he visto diciéndole a otro adulto que no quiero hacer tal cosa, y éste sencillamente me ha respondido que tengo que hacerla. Por ejemplo, el tercer día del tour perdimos cinco horas parando en dos pueblos miserables donde el guía (que no hablaba inglés) nos obligó a mí y a la familia de Alicante a bajar del autobús, a pesar de que yo le decía que no quería, de que afuera hacia muchísimo frío, no entendíamos la charla endemoniada de la tipa con micrófono a lo Madonna sobre las pulseras con poderes curativos y ni se nos pasaba por la cabeza comprar ninguna de sus mamarrachadas. Después de soportar estoicamente 45 minutos de la cháchara memorizada de esta vendedora, me escapé y fui a buscar a nuestro guía y al conductor. Me pasé una hora con ellos en el “bar” del pueblo, siendo el blanco de las mofas de los lugareños, que me preguntaban si tenía novio, me decían no sé qué del Barcelona y el Madrid y algo de los toros.
Después de esto me entró la paranoia de que aquí todo está bajo control. En China los parques naturales se convierten en parques de atracciones con escaleras (por ejemplo la Montaña Amarilla), barandillas y hasta carreteras (como en Jouzhaigou) para que nadie se salga del camino y la gente simplemente se dedique a posar ante la cámara para tener cientos de fotografías de uno mismo o de la familia con una montaña impresionante como mero fondo. En China las personas ganan la batalla brutal contra el agua, como con la presa de las Tres Gargantas, sumergiendo pueblos y reliquias del pasado en beneficio del desarrollo económico, e incluso aplanan montañas si es necesario. Se controla la reproducción y cuántos hijos se pueden tener, se controla Internet, los libros de historia de las escuelas, los escotes de las actrices en televisión, y por supuesto, se controla el tiempo de ocio de los turistas, que no pueden salirse del camino que marca el dichoso guía. Se controla todo lo que pueda ser subversivo, lo que pueda entorpecer el enriquecimiento del país, y aquello con el potencial de debilitar el gobierno (como una educación universitaria crítica con el poder). Y lo que más me llama la atención, la gente se comporta como seres que necesitan ser guiados, no cuestionan nada, no se quejan.
Lo gracioso es que yo por lo general soy una persona que acata las normas tan obedientemente como un chino cualquiera, hago lo que me dicen en el trabajo y sí me importa lo que los demás piensen de mí. Sin embargo, esta aparente falta de espíritu crítico, esta obediencia, esta manera de consumir cultura artificial y de disfrutar la naturaleza como si fuera un bonito producto que queda bien con nuestro jersey nuevo, la costumbre de viajar en manada para evitar cualquier dificultad pero también aislarte en realidad de lo que estás visitando, esta ausencia de conversaciones sobre política, sobre el gobierno, sobre Taiwan o el Tibet, todo esto me pone de los nervios. Imagino que mucha gente es crítica con todas estas cuestiones, sobre todo en privado -en realidad lo sé con certeza porque he visto algunos ejemplos en los pocos libros que he leído sobre China. Pero cuando veo que los chinos me tratan a mí y a sus compatriotas como si fuéramos idiotas, creo que lo hacen convencidos de que no es algo malo porque lo normal aquí es tener pocos derechos y aguantarse pase lo que pase.
Para leer más sobre cómo es viajar en China: http://historiasdechina.com/category/viajes/
Más información sobre cómo viajan los chinos: http://elgatochino.com/turismo-chino/
10 ideas sobre “Los borregos también viajan”
¡Hola Isabel!
Menuda historia la verdad…tela. La verdad que cuando viajo siempre me da mucha pena la comercialización de las zonas turísticas en China sobretodo los sitios naturales, y con los «pueblos turísticos» con entrada salidos de la nada ya me meo. A veces da pena porque causa la sensación de que cuesta encontrar algo «real». Yo la verdad que con viajes organizados chinos he tenido dos experiencias:
1. La muralla de Beijing: No llevaba mucho tiempo en China y no pintaba mal el plan. Como casi todos los viajes a la Muralla organizados a la ida parábamos en un taller de jade (digo talle por no llamarlo tienda pero con el cuento de que ves allí un minuto como lo hacen ya lo llaman taller) y a la vuelta en una casa de té pero al menos íbamos avisados. La mayor parte de guías sacan sus comisiones de estas paradas y así el viaje es más barato. Es una p**** porque si quieres un viaje libre de paradas en tiendas, mercados, etc, el precio es mucho más elevado. Esta vez la experiencia no estuvo mal aunque el tiempo en la muralla se hizo algo corto.
2.Guilin: viaje organizado en grupo de siete días con chinos. Éramos las únicas extranjeras. Se olía la catástrofe desde el día 1. Sin embargo aunque no me gusta nada ir con guía y más con un grupo grande, lo que es el viaje en sí no fue nada mal y como teníamos también bastante tiempo libre la cosa se compensaba. Debo reconocer que me sorprendió. Todo hasta el último día. Nuestro billete de vuelta era a Beijing y yo vivía en Tianjin. Nos pasamos el día anterior todo el día preguntando la hora del billete sin respuesta. Cuando nos dicen la hora de vuelta (el día de partida) resulta que justamente los que volvíamos para Tianjin teníamos un tren que salía más tarde y que llegaba tardísimo a Beijing, lo que nos dejaba una noche colgadas en la estación hasta el día siguiente o claro, pagarnos un hotel. A nosotras y a una familia. La familia china se enfadó un montón y nosotros más. Y la guía lo único que hacía era escurrir el bulto. Más que el error es el hecho de que una vez que intentábamos razonar con ella, buscar soluciones…se mostraba pasiva y nos ignoraba completamente. El señor de la familia no le lanzó algo a la cabeza porque no pudo. En fin, el resultado fue una noche muy graciosa jugando a cartas en el Kentucky.
La verdad es que en China a veces da la sensación que al visitar sitios como ese ir uno solo es más complicado y el transporte a veces tampoco ayuda, la falta de conocimiento de la zona, etc. Yo me acuerdo cuando llegamos a Zhangjiajie que nos paró una agencia de estas, nos hicieron entrar a una oficina y nos enseñaron las montañas, los precios de las entradas…por poco nos convencen de que solos y por nuestra cuenta sería un desastre, que no nos podríamos mover bien de un sitio a otro y que no aprovecharíamos el tiempo, además que había muchos sitios dónde se pagaba entrada y nos saldría por un dineral. Cierto es que Zhangjiajie es enorme pero se puede hacer perfectamente por libre pero poco le faltó para convencernos.
Bueno, una para saber y otra para aprender.
Un saludo guapa.
¡Hola Isabel!
Menuda historia la verdad…tela. La verdad que cuando viajo siempre me da mucha pena la comercialización de las zonas turísticas en China sobretodo los sitios naturales, y con los «pueblos turísticos» con entrada salidos de la nada ya me meo. A veces da pena porque causa la sensación de que cuesta encontrar algo «real». Yo la verdad que con viajes organizados chinos he tenido dos experiencias:
1. La muralla de Beijing: No llevaba mucho tiempo en China y no pintaba mal el plan. Como casi todos los viajes a la Muralla organizados a la ida parábamos en un taller de jade (digo talle por no llamarlo tienda pero con el cuento de que ves allí un minuto como lo hacen ya lo llaman taller) y a la vuelta en una casa de té pero al menos íbamos avisados. La mayor parte de guías sacan sus comisiones de estas paradas y así el viaje es más barato. Es una p**** porque si quieres un viaje libre de paradas en tiendas, mercados, etc, el precio es mucho más elevado. Esta vez la experiencia no estuvo mal aunque el tiempo en la muralla se hizo algo corto.
2.Guilin: viaje organizado en grupo de siete días con chinos. Éramos las únicas extranjeras. Se olía la catástrofe desde el día 1. Sin embargo aunque no me gusta nada ir con guía y más con un grupo grande, lo que es el viaje en sí no fue nada mal y como teníamos también bastante tiempo libre la cosa se compensaba. Debo reconocer que me sorprendió. Todo hasta el último día. Nuestro billete de vuelta era a Beijing y yo vivía en Tianjin. Nos pasamos el día anterior todo el día preguntando la hora del billete sin respuesta. Cuando nos dicen la hora de vuelta (el día de partida) resulta que justamente los que volvíamos para Tianjin teníamos un tren que salía más tarde y que llegaba tardísimo a Beijing, lo que nos dejaba una noche colgadas en la estación hasta el día siguiente o claro, pagarnos un hotel. A nosotras y a una familia. La familia china se enfadó un montón y nosotros más. Y la guía lo único que hacía era escurrir el bulto. Más que el error es el hecho de que una vez que intentábamos razonar con ella, buscar soluciones…se mostraba pasiva y nos ignoraba completamente. El señor de la familia no le lanzó algo a la cabeza porque no pudo. En fin, el resultado fue una noche muy graciosa jugando a cartas en el Kentucky.
La verdad es que en China a veces da la sensación que al visitar sitios como ese ir uno solo es más complicado y el transporte a veces tampoco ayuda, la falta de conocimiento de la zona, etc. Yo me acuerdo cuando llegamos a Zhangjiajie que nos paró una agencia de estas, nos hicieron entrar a una oficina y nos enseñaron las montañas, los precios de las entradas…por poco nos convencen de que solos y por nuestra cuenta sería un desastre, que no nos podríamos mover bien de un sitio a otro y que no aprovecharíamos el tiempo, además que había muchos sitios dónde se pagaba entrada y nos saldría por un dineral. Cierto es que Zhangjiajie es enorme pero se puede hacer perfectamente por libre pero poco le faltó para convencernos.
Bueno, una para saber y otra para aprender.
Un saludo guapa.
¡Hola Isabel!
Menuda historia la verdad…tela. La verdad que cuando viajo siempre me da mucha pena la comercialización de las zonas turísticas en China sobretodo los sitios naturales, y con los «pueblos turísticos» con entrada salidos de la nada ya me meo. A veces da pena porque causa la sensación de que cuesta encontrar algo «real». Yo la verdad que con viajes organizados chinos he tenido dos experiencias:
1. La muralla de Beijing: No llevaba mucho tiempo en China y no pintaba mal el plan. Como casi todos los viajes a la Muralla organizados a la ida parábamos en un taller de jade (digo talle por no llamarlo tienda pero con el cuento de que ves allí un minuto como lo hacen ya lo llaman taller) y a la vuelta en una casa de té pero al menos íbamos avisados. La mayor parte de guías sacan sus comisiones de estas paradas y así el viaje es más barato. Es una p**** porque si quieres un viaje libre de paradas en tiendas, mercados, etc, el precio es mucho más elevado. Esta vez la experiencia no estuvo mal aunque el tiempo en la muralla se hizo algo corto.
2.Guilin: viaje organizado en grupo de siete días con chinos. Éramos las únicas extranjeras. Se olía la catástrofe desde el día 1. Sin embargo aunque no me gusta nada ir con guía y más con un grupo grande, lo que es el viaje en sí no fue nada mal y como teníamos también bastante tiempo libre la cosa se compensaba. Debo reconocer que me sorprendió. Todo hasta el último día. Nuestro billete de vuelta era a Beijing y yo vivía en Tianjin. Nos pasamos el día anterior todo el día preguntando la hora del billete sin respuesta. Cuando nos dicen la hora de vuelta (el día de partida) resulta que justamente los que volvíamos para Tianjin teníamos un tren que salía más tarde y que llegaba tardísimo a Beijing, lo que nos dejaba una noche colgadas en la estación hasta el día siguiente o claro, pagarnos un hotel. A nosotras y a una familia. La familia china se enfadó un montón y nosotros más. Y la guía lo único que hacía era escurrir el bulto. Más que el error es el hecho de que una vez que intentábamos razonar con ella, buscar soluciones…se mostraba pasiva y nos ignoraba completamente. El señor de la familia no le lanzó algo a la cabeza porque no pudo. En fin, el resultado fue una noche muy graciosa jugando a cartas en el Kentucky.
La verdad es que en China a veces da la sensación que al visitar sitios como ese ir uno solo es más complicado y el transporte a veces tampoco ayuda, la falta de conocimiento de la zona, etc. Yo me acuerdo cuando llegamos a Zhangjiajie que nos paró una agencia de estas, nos hicieron entrar a una oficina y nos enseñaron las montañas, los precios de las entradas…por poco nos convencen de que solos y por nuestra cuenta sería un desastre, que no nos podríamos mover bien de un sitio a otro y que no aprovecharíamos el tiempo, además que había muchos sitios dónde se pagaba entrada y nos saldría por un dineral. Cierto es que Zhangjiajie es enorme pero se puede hacer perfectamente por libre pero poco le faltó para convencernos.
Bueno, una para saber y otra para aprender.
Un saludo guapa.
¡Hola Isabel!
Menuda historia la verdad…tela. La verdad que cuando viajo siempre me da mucha pena la comercialización de las zonas turísticas en China sobretodo los sitios naturales, y con los «pueblos turísticos» con entrada salidos de la nada ya me meo. A veces da pena porque causa la sensación de que cuesta encontrar algo «real». Yo la verdad que con viajes organizados chinos he tenido dos experiencias:
1. La muralla de Beijing: No llevaba mucho tiempo en China y no pintaba mal el plan. Como casi todos los viajes a la Muralla organizados a la ida parábamos en un taller de jade (digo talle por no llamarlo tienda pero con el cuento de que ves allí un minuto como lo hacen ya lo llaman taller) y a la vuelta en una casa de té pero al menos íbamos avisados. La mayor parte de guías sacan sus comisiones de estas paradas y así el viaje es más barato. Es una p**** porque si quieres un viaje libre de paradas en tiendas, mercados, etc, el precio es mucho más elevado. Esta vez la experiencia no estuvo mal aunque el tiempo en la muralla se hizo algo corto.
2.Guilin: viaje organizado en grupo de siete días con chinos. Éramos las únicas extranjeras. Se olía la catástrofe desde el día 1. Sin embargo aunque no me gusta nada ir con guía y más con un grupo grande, lo que es el viaje en sí no fue nada mal y como teníamos también bastante tiempo libre la cosa se compensaba. Debo reconocer que me sorprendió. Todo hasta el último día. Nuestro billete de vuelta era a Beijing y yo vivía en Tianjin. Nos pasamos el día anterior todo el día preguntando la hora del billete sin respuesta. Cuando nos dicen la hora de vuelta (el día de partida) resulta que justamente los que volvíamos para Tianjin teníamos un tren que salía más tarde y que llegaba tardísimo a Beijing, lo que nos dejaba una noche colgadas en la estación hasta el día siguiente o claro, pagarnos un hotel. A nosotras y a una familia. La familia china se enfadó un montón y nosotros más. Y la guía lo único que hacía era escurrir el bulto. Más que el error es el hecho de que una vez que intentábamos razonar con ella, buscar soluciones…se mostraba pasiva y nos ignoraba completamente. El señor de la familia no le lanzó algo a la cabeza porque no pudo. En fin, el resultado fue una noche muy graciosa jugando a cartas en el Kentucky.
La verdad es que en China a veces da la sensación que al visitar sitios como ese ir uno solo es más complicado y el transporte a veces tampoco ayuda, la falta de conocimiento de la zona, etc. Yo me acuerdo cuando llegamos a Zhangjiajie que nos paró una agencia de estas, nos hicieron entrar a una oficina y nos enseñaron las montañas, los precios de las entradas…por poco nos convencen de que solos y por nuestra cuenta sería un desastre, que no nos podríamos mover bien de un sitio a otro y que no aprovecharíamos el tiempo, además que había muchos sitios dónde se pagaba entrada y nos saldría por un dineral. Cierto es que Zhangjiajie es enorme pero se puede hacer perfectamente por libre pero poco le faltó para convencernos.
Bueno, una para saber y otra para aprender.
Un saludo guapa.