De arriba abajo y de izquierda a derecha:
Yao Ming (estrella de baloncesto); Zhou Enlai (político moderado durante el maoísmo); Tao Yuanming (poeta clásico); Zhang Yimou (director de cine).
JF Kennedy (presidente EUA); Guo Jingjing (la ‘Reina de los Clavados’); Li Kashing (empresario hongkongés); Lu Xun (escritor y pensador).
Jet Li (estrella de cine de kung fu); Lao Tse (fundador del taoísmo); T.A, Edison (inventor); Yang Lan (empresaria).
En un par de posts anteriores (Al Maestro con Cariño, y El Pordiosero y las Mandarinas) toqué el tema de la importancia de la educación como factor de cohesión social y puse algunos ejemplos de mis propias experencias como maestro en China – un país con un respeto milenario por la docencia y del que seguramente podemos sacar varias lecciones valiosas – en específico de su cultura de celebración de la educación como medio ideal de movilidad social. Hoy narro otra de estas experiencias.
Durante los años en que trabajé como profesor de inglés, tuve la suerte de dar clases a niños desde pre-primaria hasta adultos en posgrado, lo que me dio una rara oportunidad de ver al alumno chino en todas las fases de su desarrollo. Haciendo constantemente ejercicios de prácticas de conversación, podía entender mucho de la forma de ver el mundo no sólo de la sociedad china, sino de cómo se forma su mentalidad a medida que va creciendo el individuo.
Uno de los ejercicios más valiosos que encontré fue el de “Role Models”. Primero que nada les explicaba en inglés lo que es un “Modelo A Seguir”, y acto seguido empezábamos el ejercicio, que era hacer que toda la clase dijera quién era su modelo a seguir – la persona que más admiraban y que quisieran emular para llegar a ser como ellos algún día – dando explicaciones y finalmente dejando que los alumnos discutieran entre sí los méritos de sus héroes.
Este ejercicio lo repetí durante casi dos años, con grupos de todas las edades, llevando un diario detallado de los resultados de cada clase. Como con otras preguntas culturales que solía hacer, encontré que las respuestas eran sorprendentemente uniformes, pero además que había cambios o ‘fluctuaciones’ muy específicas en las respuestas, a medida que la persona crece. Estos son los resultados:
En niños entre pre-primaria y secundaria, las respuestas eran uniformemente de personajes históricos, algunos personajes fantásticos, sus propios padres ó conocidos, pudiendo incluir alguna persona de sus comunidades. Todos estos modelos a seguir, sin variación, eran chinos.
Entre el año final de secundaria, preparatoria y el primer año de universidad, los alumnos incluían a personajes famosos de la historia como Da Vinci, Napoleón ó Einstein; o bien a algún personaje contemporáneo, muchas veces deportistas ó artistas famosos de EEUU o Europa. Esto es muy significativo porque es el periodo en el que los alumnos estudian historia universal en la escuela y como adolescentes empiezan a ser más sensibles a la exposición de las influencias internacionales en la cultura china contemporánea.
Pero lo más interesante de todo era con mis alumnos ya mayores, universitarios o profesionistas: en todos mis diarios de notas, viendo literalmente miles de respuestas al ejercicio, tan sólo pude encontrar dos veces en las que los alumnos mencionaron como modelos a extranjeros, y fueron Edison y Kennedy. Una vez que llegan a la edad adulta y habiendo estudiado lo de dentro y lo de fuera, vuelven a tornar su mirada hacia adentro, buscando modelos siempre propios: los modelos a seguir vuelven a ser personajes históricos, políticos modernos muy admirados, empresarios exitosos, deportistas y artistas… pero todos propios.
Esta impresionante coherencia de visión no es de ninguna manera un accidente, sino una continuación de su milenario énfasis en su permanencia cultural que entre otras cosas ha sido lo suficientemente flexible para adaptar y “sinizar” elementos de una gran variedad de otras sociedades con las que ha tenido contacto y que incluso – como mongoles y manchús – la han llegado a dominar militarmente pero nunca a cambiar su esencia propia; antes bien se han fusionado dando lugar a que “el conquistador sea conquistado”, o asimilado en cada vez más ricos paradigmas culturales.
Como ejercicio de imaginación, pregúntese el lector cuáles serían los resultados de hacer el ejercicio mencionado en México. ¿Quiénes son nuestros modelos, los personajes que nos inspiran en estos momentos?
5 ideas sobre “Los modelos a seguir: ¿A dónde va nuestra admiración?”
gracias por todo lo q comentas, estoy muy de acuerdo un abrazo
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Hola Camilo, ya sabes que yo siempre discuto muy mesurado pero en esta ocasión me voy a poner intransigente jaja.
Primero quiero saber si leíste todo el texto, porque todos tus comentarios se pueden responder ahí mismo, incluida la comparación con Delhi.
Ahora bien, no es ni absurdo ni etnocéntrico decir que los chinos manejan mal. Elos mismos lo aceptan. Manejar no es una actividad occidental, es una actividad moderna y con reglas establecidas y aceptadas universalmente. Es EXACTAMENTE LO MISMO que pilotear un avión: las reglas están ahí por una razón; manejar mal es simplemente no seguirlas. En ningún país del mundo, «No respetar a los peatones» es algo que se pueda considerar manejar bien. En China, como dice Marta, no se respetan y es sistemático. Yo que soy un obsesivo de lo peor, desde hace 10 años empecé, sólo por diversión, a tomar estadísticas de diversas salvajadas. En una ciudad normal, te puedo decir que en 100 metros de andar en bicicleta, te vas encontrar con un promedio de 2 ejemplos de manejar objetivamente mal, incluyendo ir en contra. También, un coche me cede el paso (ya sea que esté yo caminando, en bici ó manejando) alrededor de 1 vez cada 9 ó 10 meses.
Otra cosa: el que haya lugares peores no significa nada, simplemente que son peores. Pero si ponemos una escala del 0 al 100 donde 0 es caos total, hay muchos lugares que se evaluarán como «mal manejo» y China por supuestísimo que es uno de ellos. Si arriba de 90 estarían Alemania o Suecia, y en el 10-20 estarían Nigeria ó Bangladesh, China andaría por abajo del 50 sin discusión.
El que un montón de gente se acostumbren todas a manejar mal, no quita lo mal que manejan. Los accidentes en realidad sí son pocos comparados con la forma de conducir, pero es que se maneja bastante despacio en comparación con otros lados. Si sólo tienes 7 años en China, te tocó a partir de la explosión de las cámaras de tráfico que redujeron muchísimo muchas tonterías en la ciudad. Pero es por fuerza y no por civismo, porque entre cámara y cámara hacen lo que quieren, como digo al final del artículo.
Así que no pasemos al territorio de defensas culturales; hay cosas que sí caen ahí y cosas que no. El manejar, no.
La mejor descripción de cómo se maneja en China la escuché de un alemán: «los chinos manejan exactamente igual que hacen cola».