Los poetas del vino

 En China, como en otras culturas orientales, el vino siempre ha estado relacionado con el sentir poético y con los artistas. Omar Khayyam (1048-1131), poeta persa, es quizá uno de los más famosos representantes de la poesía de la “embriaguez poética”, con su famoso Rubaiyat. En otro post, hablando de los elogios del ocio, referí algunos poemas de Tao Yuanming (365-427), el “poeta recluso” que alababa la vida sencilla del campo y que usaba también el vino como imagen de la hospitalidad:
En cada puerta los saludos se multiplican y si hay vino, se ofrece.

Pero hay mucho más que el mero compartir. Por ejemplo, en la Dinastía Song, el poeta Su Shunqin (1008-1048) se encerraba en su estudio con una botella de vino todas las noches. Su suegro no veía bien esto, pero una noche se puso a espiarlo y, viendo que su yerno se pasaba el tiempo leyendo libros y poemas antiguos, y brindando con los autores cuando encontraba algún pasaje que lo conmovía, aprobó su sensibilidad.

Los mejores poetas chinos han escrito odas al vino y a la embriaguez poética. Durante la Dinastía Tang hubo un esplendor sin precedentes en la poesía, y Du Fu (712-770), uno de sus más celebrados representantes, llamado “El Poeta Sabio”, escribió así:

Cuando el crepúsculo toca mis persianas
el río exhala escencias de primavera.
Dulces aromas irrumpen desde la orilla del río
y el humo se levanta en la cocina de los pescadores.

Los gorriones se dispersan de entre las ramas
y sobre el techo giran las nubes de insectos.
Veo mensajeros del cielo con cada sorbo de vino
y como nubes, mis preocupaciones se desvanecen.

Li Bai (701-762), otro de los más grandes poetas chinos y contemporáneo de Du Fu, compuso por su parte estos versos:

Un jarro de vino entre las flores:
bebo solo, lejos de parientes y vecinos.
Alzo mi copa para invitar a la luna a que me acompañe;
junto con mi sombra, tenemos ya tres aquí reunidos.

¡Juremos una amistad sin humanas cadenas
y encontrémonos de nuevo en el límite de los cielos!

El vino claro ha sido comparado con la compañía de sabios
y el vino sin refinar, con la conversación de hombres de talento.
Y si he bebido a los sabios y los talentosos,
¿por qué tendría que ir en busca de genios y de hadas?

Esos poemas muestran el disfrute solitario del vino, pero igual de importante era el compartirlo con los amigos más queridos, y eran famosas las reuiones de poetas y artistas en las que se ponían a contemplar la luna, hacer paseos en barca y componer poesía, siempre con varias jarras de vino acompañándolos. De nuevo Du Fu con otra estrofa:

Al norte y al sur, la primavera inunda todo
y día tras día observo las gaviotas.
El camino a mi choza está lleno de pétalos;
no los he barrido, pero hoy abro para ti mi puerta.
El mercado está lejos y tengo poco qué ofrecerte
pero tengo aquí vino viejo con el cual llenar nuestras copas.
¿Deseas que invite a mi viejo vecino a que nos acompañe
y que juntos vaciemos la jarra?

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