Moverse por Pekín

Pekín impone ante su magestuosidad y sus más de 15 millones de habitantes. El término municipal de Pekín tiene una superficie de 16.800 km2, similar a toda Bélgica, no es difícil por tanto sentirse abrumado cuando por algún motivo tienes que desplazarte a la otra punta de la ciudad. A pesar de ello, moverse por Pekín, no es complicado.

La ciudad dibuja una cuadrícula casi perfecta, donde las calles discurren de Norte a Sur y de Este a Oeste. Estos términos también se usan normalmente para situar el lugar de la calle en la que te encuentras o la dirección a la que quieres llegar. No es de extrañar que se haga de este modo, ya que las calles pueden resultar larguísimas, y simplemente decir el nombre de ésta resultará una información insuficiente. Yéndonos al extremo, la calle principal que recorre la ciudad de Este a Oeste, tiene una longitud de alrededor de 40 km. y las avenidas del centro de la ciudad rondan los 4-5 km.

A pesar de que existen “barrios” en la ciudad, otra manera muy común de situar un lugar, es con los puentes. La cuadrícula de la ciudad se organiza en anillos, la arteria de cada anillo atraviesa avenidas perpendicularmente y para ellos hay construidos unos pasos elevados para facilitar el tráfico, estos son los llamados puentes, los cuales tienen el nombre de la calle que los atraviesa. Alrededor de estos, también las calles se nombran con «nei» y «wai», lo que significa «dentro» y «fuera» (del anillo) y de esta manera la información es mucho más precisa.

El transporte más utilizado es el metro, tiene una red bastante bien comunicada y al igual que el resto de la ciudad, sus líneas recorren Pekín de Norte a Sur, de Este a Oeste o de forma cuadrangular; al igual que los anillos. El precio del billete es de tan solo 2 yuanes, así que lo convierte en el transporte más habitual. También existen autobuses, aunque a veces por la congestión del tráfico, estos resultan algo lentos. Los taxis funcionan muy bien también, y aunque no son caros, comparados con el metro o el autobús, sí que lo son.

A pesar de todos estos transportes, la mejor manera de moverse por Pekín es hacerlo en bicicleta. Las distancias no dejan de ser enormes, pero la ciudad es completamente llana, así que sólo es cuestión de coger la bici y ponerse a pedalear. Esta es una de las mejores experiencias que se pueden tener en China, ya que se puede sentir la ciudad, siendo parte de ella. Los carriles de bicicletas y motos (en su mayoría eléctricas) están bien acondicionados y salvo por algunos peatones y coches que a veces circulan por estas vías, es una manera tranquila de moverse. Eso sí, conviene mirar el mapa y calcular previamente los kilómetros que se van a recorrer para llegar al destino, ya que a veces quizás sea mejor dejar la bici por un día y coger el metro. Las piernas lo agradecerán.

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