El cultivo de la naturaleza verdadera y el espíritu primordial

Extracto del Daodejing encontrado en Dunhuang en el que habla de la virtud superior e inferior.

Entre las múltiples frases y dichos que aparecen en los escritos de alquimia interior se encuentra la expresión xingming shuangxiu 性命雙修, que literalmente significa «el cultivo/refinado en conjunto de la naturaleza y de la vida». Al igual que ocurre con muchos de los términos relacionados con el camino del elixir (dandao), es necesario entenderlos en el contexto general del taoísmo y, a nivel particular, también hay que saber lo qué representan en el ámbito de la alquimia interior. Así pues, para entender lo que significaría esta frase en un contexto taoísta habría que acercarse a las explicaciones de los propios taoístas, valga la redundancia, y no quedarse con la explicación de los eruditos relacionados con la escuela confucianista, que tienen una explicación válida para sus fines, pero que suele diferir de la que aportan sus homólogos taoístas.

En las enseñanzas del taoísmo se habla de xing (naturaleza) para referirse a las cualidades intrínsecas de la persona, que están formadas tanto por aquellos rasgos que traemos desde antes del nacimiento (xiantian 先天), como por los que se adquieren posteriormente (houtian 後天). Lo que traemos antes del nacimiento se puede asemejar al antecesor de los genes, que algunos denominan el verdadero yo (zhenwo 真我), y que está opuesto al «falso yo» que creemos que somos. En alquimia interna también se habla del yuanshen 元神 (espíritu primordial) para referirse a este estado de naturaleza anterior al nacimiento. Durante ciertas prácticas meditativas se busca volver a ese estado en el que espíritu primordial rige nuestro ser, y se intenta pulir el espíritu cognitivo (shishen 識神) poco a poco para volver al verdadero yo. En otras palabras, es como si la naturaleza estuviera recubierta de una capa que nos impide ver quiénes somos en realidad, de ahí que haya que pulirla, refinarla (xiu), para así regresar a un estado de puro Yang en el que rija el espíritu primordial, es decir, la naturaleza verdadera. Esa capa sería el espíritu cognitivo, que hay que ir quitando poco a poco, principalmente con distintas prácticas meditativas, para dejar paso al espíritu primordial.

El objetivo de regresar al estado del verdadero yo no es único del taoísmo ni de la alquimia interior. Lo que sí es cosecha propia de este sistema es la distinción tan clara entre lo prenatal y lo postnatal, entre lo que creemos que somos en el espacio mundano y lo que realmente somos en el plano primordial, y la relación entre conceptos como el espíritu primordial y el cognitivo, o entre el cultivo de la naturaleza verdadera del ser y aquella que hay que refinar. Este análisis es algo que otros sistemas de pensamiento van a adoptar, de algún modo, en sus enseñanzas espirituales, y en el fondo se busca prácticamente lo mismo a través de diferentes métodos. Lo distintivo, o uno de los puntos más peculiares, del taoísmo es la ambigüedad de los términos y la gran variedad y diferencia entre las definiciones de un mismo término según la escuela. Esto es algo que se hacía a propósito, engañando a los profanos con definiciones erróneas para un difícil acceso a la información de verdad, al tesoro de los tesoros, como dirían los alquimistas europeos.

*Este post se publicó originalmente en la sección Cultura, Dan Dao (丹道) en Yuanfang Magazine

Autor: Luis Roncero

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