Especial del OPCh: Elecciones municipales en Taiwán

Las elecciones municipales del 29 de Noviembre se han saldado en Taiwan con una clara y rotunda derrota del Kuomintang (KMT), a poco más de un año de las elecciones presidenciales.  La primera respuesta del KMT ha sido doble. De una parte, las dimisiones del primer ministro y del secretario general del KMT; de otra, la promesa de Ma de promover más reformas  para superar la insatisfacción de la ciudadanía. Pero su desgaste personal y político y la ausencia de un relevo claro sitúan al KMT en una encrucijada.

  1. ¿A qué causas principales atribuye la derrota del KMT?
  2. ¿Considera que el KMT está a tiempo aun de remontar esta adversidad de cara a las elecciones presidenciales de 2016?
  3. ¿Qué impactos podría tener este resultado en las relaciones a través del Estrecho?

Colaboran en este especial: Andrés Herrera-Feligreras, historiador y editor de Yuanfang Magazine y Oma Yu-Ting Lu, Profesora en la Wenzao Ursuline University of Languages (Taiwan) y autora de Taiwan: historia, política e identidad (Bellatera,2010)


Respuestas de Andrés Herrera-Feligreras, historiador y editor de Yuanfang Magazine

1.-¿A qué causas principales atribuye la derrota del KMT?

Si uno tuviera que hacer caso de todo lo que se escribe y se dice de Ma Ying-jeou estaríamos ante un caso paradigmático del “principio de Peter”, según el cual las personas que realizan bien su trabajo ascienden a puestos de mayor responsabilidad hasta un nivel en el que ya no pueden ni siquiera formular objetivos de desempeño, alcanzando así su máximo nivel de incompetencia.

Ma desarrolló una carrera con logros importantes tanto en el seno del  Kuomintang (KMT) como en la Alcaldía de Taipéi recuperando, además, el poder para la Coalición Azul tras ocho años de gobierno del Partido Democrático Progresista (PDP). Sin embargo, desde que accedió al Palacio Presidencial en 2008 se ha visto obligado a afrontar graves dificultades. Entre ellas, y quizás la más importante por su repercusión en el día a día de los taiwaneses, la crisis económica internacional que, para una economía fuertemente exportadora como la de Taiwán, ralentizó el crecimiento económico. Baste decir que, en los días previos a la toma de posesión de su segundo mandato (2012), Ma alcanzó cotas de impopularidad históricas debido, fundamental pero no únicamente (casos de corrupción en los altos niveles de la Administración), a medidas aprobadas por su gabinete que tendrían una repercusión directa en los servicios y artículos de primera necesidad. A la política neoliberal del gobierno de Ma, que parece no solucionar nada, se le ha venido a sumar un constante clima de inseguridad alimentaria hasta el mismo día de las elecciones.

Además, los principales logros de su Administración no han contribuido a sumar capital político. Por resumir, la mejora de la seguridad regional –fruto de la mejora de relaciones con Estados Unidos–, el statu quo diplomático y los logros de la política de “diplomacia viable” – resultado de un mejor entendimiento con Pekín–  y los avances en la integración económica a través del Estrecho, no se traducen en mejoras para las clases populares. Más bien al contrario, se percibe que aspectos como el incremento del precio de la vivienda, la deslocalización industrial o la incertidumbre laboral de las nuevas generaciones de graduados son fruto de una cada vez mayor dependencia de una China que parece no dejar de crecer en poder y presencia internacional.

Todo ello ha dado munición a la oposición facilitando la identificación de los electores con candidatos alternativos al KMT (siendo Taipéi el caso emblemático de esta transferencia de votos).  Pero, además, el PDP ha podido rentabilizar este descontento vinculándolo a su principal tema de agenda: la identidad y el acercamiento entre Taiwán y China.

2.-¿Considera que el KMT está a tiempo aun de remontar esta adversidad de cara a las elecciones presidenciales de 2016?

Quizás sea demasiado pronto y habrá que esperar a las próximas semanas para ver cómo se dilucida esta cuestión.

Parece que estamos ante un momento histórico de parecidas características al desconcierto que se produjo en el seno del KMT al perder el poder central en 2000. De hecho, la “esperanza blanca” que parecía ser Chu Li-luan aparece ahora cuestionada debido a que no ha vencido con la rotundidad que se esperaba. En mi opinión, este desconcierto en el KMT es tan importante para el PDP como el propio resultado electoral ya que le proporciona una ventaja estratégica que, independientemente de la política que emprenda el gabinete de Ma en los próximos meses, podría ser definitiva de cara a 2016.

Y es que el KMT  no solo tiene un problema en su acción de gobierno, también en la credibilidad de sus candidatos en los distintos niveles de elección. Vuelve a aparecer aquí el caso de Taipéi como ejemplar (un lugar común de los comentaristas políticos durante estas elecciones ha sido que Ko Wen-je no tenía que hacer nada, solo dejar que el candidato del KMT, Lien Sheng-wen, hablase) pero también el de otras ciudades como el de Taichung, donde el desgaste de sus candidatos pedía un relevo que no se ha dado.

En definitiva, habrá que estar atento a la evolución. De una parte, es posible que veamos movimientos ajedrecísticos en la dirección del KMT de cara al futuro, de otra la propia evolución del ciclo económico y el manejo de los tiempos por ambos partidos serán tan determinantes como la política realmente existente.

3.-¿Qué impactos podría tener este resultado en las relaciones a través del Estrecho?

Creo que aquí pueden distinguirse tres planos.

De una parte, la acción de gobierno de Ma y su gabinete. Todo parece apuntar a que en el KMT existe el firme convencimiento estratégico de que es necesario profundizar la integración económica con el Continente y explotar al máximo el margen de autonomía política que esta integración proporciona. En este sentido, no creo que existan cambios de fondo aunque tal vez si en la forma de cara a limar las reservas que la sociedad taiwanesa manifiesta en relación a la República Popular China.

Luego está el PDP y su particular agenda. Aquí están los deseos y las realidades y los primeros son más fáciles de expresar desde la oposición. Además, no debe perderse de vista que el nuevo alcalde de Taipéi, Ko Wen-je, que aunque próximo al PDP no pierde ocasión para hacer gala de su independencia, en principio, ya ha manifestado que mantendrá abierto el foro con Shanghai.

El tercer plano lo ocupa la República Popular China. Conocemos la posición de Pekín en el pasado con respecto a las políticas articuladas por el PDP en el gobierno (2000-2008) y también la posición del Partido Comunista de China con respecto a las nuevas iniciativas que la formación verde le ha tratado de presentar con respecto a las relaciones entre  la isla y el Continente. Todo parece indicar que un futuro gobierno del PDP complicaría las relaciones en el Estrecho, de ahí que habrá que ver si Pekín opta por impulsar medidas que den un balón de oxígeno al KMT de cara a 2016 o, por el contrario, se limita a observar el estado de las cosas.


Respuestas de Oma Yu-Ting Lu, Profesora en la Wenzao Ursuline University of Languages (Taiwan) y autora de Taiwan: historia, política e identidad (Bellatera,2010).

1.¿A qué causas principales atribuye la derrota del KMT?

Son múltiples los factores que pueden explicar el adverso resultado de estas elecciones para el KMT. Algunas de ellas ya han sido citadas en el Hebdomadario de la Política Taiwanesa que semanalmente realiza el OPCh y seguramente otros compañeros de este especial también las citen por lo que quisiera introducir otro elemento: la percepción. En política las percepciones son tan importantes como las medidas y decretos que aprueben los mandatarios y de un tiempo a esta parte, la percepción dominante en Taiwán es que el KMT, usando una expresión castiza, “era culpable hasta de la muerte de Manolete”.

Otro elemento que debe tenerse en cuenta es el papel que han jugado los nuevos medios en un país como Taiwan. En estas elecciones se ha podido ver como nunca antes en la isla, el papel de las redes sociales. Esta importancia de los nuevos medios entre la juventud opositora a la política del KMT ya la pudimos ver en todo lo que rodeó la convocatoria y difusión del Movimiento Girasol. Precisamente este electorado más joven ha sido en buena medida el catalizador del deseo de cambio que existía en la sociedad y que ha sido expresado el pasado sábado en las urnas.

 2.¿Considera que el KMT está a tiempo aun de remontar esta adversidad de cara a las elecciones presidenciales de 2016?

Como también ocurre en la historia política española, las elecciones a nivel local tienen cierta relevancia en los procesos de cambio en Taiwán. Además, debe tenerse en cuenta que están accediendo al voto jóvenes para los que tanto la pujante prosperidad taiwanesa, como el anterior subdesarrollo, pertenecen a un tiempo pretérito y son solo material de libro de texto. Asimismo, un sector importante de este nuevo electorado –pero también el “viejo” – percibe que, durante los últimos ocho años el “contrato social” (que podría resumirse en estudia/accede a un empleo-constituye una familia-prospera en la vida) ha sido roto unilateralmente desde el gobierno.

Creo, por tanto, que hay poco tiempo para que el KMT pueda enderezar el resultado ya que el ansia de cambio es tal que es de esperar que el electorado dé un “voto de confianza” a la oposición ahora instalada en las magistraturas locales. Habrá que ver también si el KMT es capaz de movilizar a un sector de las bases que puede que, en esta ocasión, haya decidido quedarse en casa. En cualquier caso, no me atrevo a predecir nada porque, con el PDP, nunca se sabe.

 3.¿Qué impactos podría tener este resultado en las relaciones a través del Estrecho?

La victoria electoral de los candidatos de la oposición, y particularmente los del PDP, ya está teniendo su impacto, solo hay que ver los editoriales de los periódicos de China para darse cuenta de ello. Sin duda, el que las alcaldías de la mayoría de las grandes ciudades estén en la órbita del PDP va a suponer un desafío. No solo para la política del gobierno central en relación con China, también para la propia gestión en el seno del PDP pues no hay que olvidar que los políticos en Taiwán gozan de más independencia con respecto al partido que en el sistema político español.

Y luego está el cuadrilátero. Con independencia de la retórica de los distintos actores implicados en el teatro del Estrecho –y ya de la totalidad del Pacífico– la disputa estratégica es entre la República Popular China y Estados Unidos; Taiwán, tradicionalmente, ha venido jugando un papel de utilero de los segundos. Solo un cambio sustancial, en lo político, podría modificar ese escenario y no parece que eso vaya a darse, a corto y medio plazo, ni con el KMT ni con el PDP. Paradójicamente, podría ocurrir de la mano del PCCh si, para remediar males mayores, auxiliase a su viejo rival –y hoy de nuevo compañero de viaje– y tome algún tipo de decisión que avale, ante la sociedad taiwanesa, la conveniencia de girar hacia el continente. Algo difícil de que ocurra tanto por unos como por otros.

*Este post fue publicado originalmente en la sección Ideas en Yuanfang Magazine

Autor: Observatorio de la Política China con la colaboración de Andrés Herrera Feligreras y Oma Yu-Ting Lu

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