Guerra de agua para celebrar el Songkran en Hong Kong

Con el móvil protegido en una bolsa de plástico, pistola de agua en mano y los rostros teñidos de blanco, la comunidad tailandesa de Hong Kong celebró el pasado domingo con una pintoresca guerra de agua el Songkran, el año nuevo tailandés. Los vecinos de «Little Thailand», como se conoce al barrio de Kowloon Wall City, junto con muchos otros venidos de otras partes de la ciudad, se reunieron un día antes de la celebración oficial en las calles de esta vecindad para festejar el nuevo año.

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Camisas de flores, vestidos tradicionales y multitud de actividades marcaron el ritmo de una jornada en la que la alegría de los que allí se reunían era la principal nota de color, sin olvidar el agua que bañó a todo el que por allí se paseaba. Y es que los comercios, curtidos ya en un festival que se lleva celebrando 11 años  en Hong Kong, habían dispuesto todo tipo de artilugios para mojar y ser mojados en una zona de la ciudad donde residen más de 11.000 tailandeses.

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Cual batalla del vino, no sólo adultos, jóvenes y niños locales ocuparon el asfalto, sino que fueron muchos los extranjeros que se acercaron bien armados con el propósito de calar al que se pusiera a tiro. Nadie se libró de salir bien reluciente, y es que la limpieza tiene mucha importancia en esta festividad. De ahí que los tailandeses acudan a los templos para realizar ofrendas y lavar las estatuas de Buda con agua perfumada y mojan las manos de los más ancianos en señal de respeto.

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Con litros de agua como símbolo de renovación y  kilos de polvos de talco para espantar a los malos espíritus, la comunidad tailandesa de Hong Kong pasó una divertida jornada en la que rememoró sus costumbres e hizo partícipes a los aquí ya nacidos de sus tradiciones y su cultura.

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