Todo Occidente se ha movilizado en apoyo de Ucrania desde 2014. Perdiendo considerables recursos económicos por el congelamiento de las relaciones con Rusia e incluso arriesgándose a un enfrentamiento militar con Moscú. Y Kiev ha encontrado en China un aliado. Un aliado al que proporcionar tecnologías avanzadas en sectores como la aeronáutica y defensa, roles de liderazgo dentro de industrias sensible.
La amistad de China y Ucrania
Gracias a Ucrania (y Rusia), China ha recuperado en pocos años una brecha de décadas con Occidente en el sector aeronáutico militar. Actualmente, la cooperación entre Kiev y Beijing se concentra en el automovilismo. Gracias a los motores suministrados por el grupo Motor Sich, la aviación militar china tuvo a su disposición un gran número de aviones de combate avanzados Hongdu JL-10 / L-15. Y es gracias a los motores diseñados por el grupo Ivchenko-Progress y fabricados en fábricas ucranianas que China ha podido producir el avión Hongdu K-8 “Karakoram”. Además Kiev les vendió los misiles de crucero Kh-55, así como el primer portaaviones, el Liaoning, entre otras tecnologías armamentísticas y de transporte.
Dadas las dificultades que enfrenta China para desarrollar en la industria del motor, no es difícil entender la adquisición del 75% de Motor Sich por parte de la empresa china Skyrizon Aircraft Holdings Limited, controlada por Beijing Xinwei Technology Group. Inmediatamente después de esta transacción, el nuevo propietario transferiría las tecnologías líderes de la empresa ucraniana a una nueva planta en China. Una situación frente a la que se ha levantado la administración estadounidense.
Pero ocurre que Ucrania teme perder un mercado próspero como el de China después de cortar todos los lazos con Rusia. Y Kiev no ha asimilado la sustancial luz verde de Washington para el gasoducto directo Rusia-Alemania que dejará de lado a Ucrania.
