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Aquí llega la parte más esperada, “el después”.
Tras mi último reencuentro en mucho tiempo con algunas gentes en Barcelona y un poco de sangría, llegó el día. Conocí a Irene en el aeropuerto y por arte de magia en la escala de Rusia ya nos moríamos de risa imaginándonos la vida de nuestros compañeros de viaje y qué pasaría si le pedía matrimonio al mafioso ruso que llevaba sentado a mi lado. Esa sería la primera de muchas de las historias que nos montamos a diario. Cuando llegas a un país en el que te enteras de la misa la mitad una tiene que darle sentido a todo lo que ocurre a su alrededor de alguna forma. Yo creo que es simplemente instinto de supervivencia, ya sabéis, la naturaleza es sabia. Y eso hacemos nosotras montándonos nuestras películas. -¿Oye no acaba de decir que no le gusta nada el profesor este? – ¿En serio? Yo pensaba que seguían hablando del pescado tía… Hemos llegado a reconstruir conversaciones enteras con cuatro palabras clave y unos cuantos gestos. Lo que pasa es que luego cuando se trata de algo serio ya no recordamos si esa parte de la conversación era lo inventado o lo que entendimos de verdad. Pero eso ná, un poquito más de caos al caos, para hacerlo más emocionante y eso.
En fin que me lío, llegamos a China el 01 de Febrero de 2013:
Lo que nosotras pensábamos que íbamos a hacer en China: llegar, pasar el fin de semana en Pekín visitando a un par de amigos (qué bonito es viajar tan lejos y tener un trozito de tu país allá a dónde vayas). Luego el lunes ir a nuestra ciudad de destino en Shandong a pasar las dos semanas de Año Nuevo chino tranquilamente (ja, tranquilamente, ¡qué inocentes por Dios!) para luego empezar a trabajar directamente (vocablo inexistente en el diccionario chino) en el colegio. Esos días viviríamos ya en nuestro piso porque la agencia de Barcelona se había “asegurado” de que teníamos ya alojamiento aunque empezáramos a trabajar más tarde.
Lo que nos dijeron que íbamos a hacer en China (una vez aquí): cuando llegamos a Pekín la agencia de Shanghai (recordemos que vinimos a través de dos agencias coordinadas Barcelona-Shanghai) nos dijo que antes de ir a la ciudad definitiva, pasaríamos las fiestas dónde estaba la oficina de la empresa china y allí haríamos la formación antes de irnos para la escuela. Esto sería en Tanggu, Tianjin, a hora y media de Pekín.
Lo que realmente sucedió: llegamos a Tanggu y lo que era “alojamiento asegurado” resultó ser que la empresa China no tenía ni majadera idea de que veníamos hasta que les avisaron un par de días antes. Me da a mí que lo que pasó aquí fue un poco el concepto chino de “tengo una extraña enfermedad que me impide decir que no directamente y entonces prefiero mentir”, es una enfermedad muy común en este país, de verdad. Eso sí, no se os ocurra decirles que sabéis que os han mentido, que estaréis haciendo que “pierdan cara” y ofendiendo al afectado, su familia y medio país si te despistas. Vale, prometo dedicar una entrada a este tema. Yo me imagino algo así: la de Barcelona insistiría en que queríamos ir ya, la china de la agencia por no decir que no le insistiría a la empresa y entonces la empresa diría que sí, que no se preocuparan, que el piso vamos, listísimo ya.
Lo que pasó entonces fue que como la oficina está en un hotel/apart-hotel (algo muy típico en China), nos arreglaron una de las habitaciones para las dos dentro de lo que era la oficina. Que la verdad no estaba mal, de manera temporal. En la puerta de enfrente vivía nuestro jefe Kevin, el cual no había podido volver a casa por Año Nuevo porque venían las dos lǎowài 老外 (guiris). Todo un drama para la familia porque aquí todo el mundo vuelve a casa por Año Nuevo. En fin. Aquí os presento a la “gran familia” que nos esperaba en Tanggu.
Presento, de izquierda-derecha, arriba-abajo. Nos os asustéis porque tengan nombre inglés, es muy típico que los chinos escojan nombre ingleses para hacer negocios y tratar con occidentales.
Irene: la que se monta las películas conmigo y me ha metido en todo este embolado. Desde que hemos llegado a China han subido las ventas de M&M’s.
Jackie: el traductor e intérprete de la compañía. El único que tiene buen inglés y una mínima noción de cultura occidental, todo un plus en este país. El día que nos recogió en la estación nos llevó a comer al Kentucky, creo que para intentar reconfortarnos de alguna forma. Me llevo el detalle en el corazón Jackie.
Profesora Zhang: la que lleva las cuentas de la empresa, limpia y es una cocinera excepcional. Habla un dialecto que no se le entiende ni papa pero nos cae bien porque no para de reírse. Un amor de mujer.
Profesora Wang: más conocida como “la loca”, majara perdida esta mujer. Allá en el fondo no tiene mal corazón. Eso sí, tiene un problema de hiperactividad grave y en cuanto entraba por la puerta de la oficina nos podía el día patas arriba.
Sara: al teclado.
Kevin: un cantamañanas, un liante de primera. Al principio pensábamos que era el jefe. Luego resulta que es el que se encarga de llevar el tema de los profesores y el jefazo es otro. El segundo día éramos sus “hermanas” del alma. Escápalle a forza pola boca.
Profesor Cui, “el pájaro”: el verdadero jefazo. Se ve que fue profesor o rector de universidad y la hermana es miembro del partido en Tianjin. Un hombre bastante callado pero de armas tomar, ya veréis por qué lo digo. Típico chino profundo que suelta citas de Mao Zedong y Confucio en las comidas y se callan hasta las moscas cuando habla.
Mister Du: un personaje en toda regla. Cuando nos recogió en la estación pensamos que era el taxista. Luego Jackie nos dice que es el vicepresidente de la empresa. Tras semanas de convivencia decidimos que su función es la de cocinero, echador de siestas profesional en el sofá, mano derecha de Kevin y efectivamente, taxista. En una conversación entendimos que había estado en la mafia pero don’t worry, before, not now. Just call him if you have any problem.
Lo primero que pensé después de un par de días con ellos: Ay mamita, dónde me he metido. ¿Querías caldo? Sete tazas. En fin el primer mes fue un poco lo que os contaba aquí.
Por suerte para nosotras y para nuestra salud mental pronto pasó el fin de año y llegó el momento de “empezar a trabajar”. Dos semanas antes de nuestra mudanza a Shandong los que trabajaban en la oficina de Shandong vinieron a Tanggu de visita, un par de reuniones durante el día y una cena de empresa cómo no. Eran tres chicas y dos chicos, todos jovencitos. Todos hablaban inglés. Se ocupaban de acomodar a los profesores en los pisos, los colegios… Dos de las chicas eran TA (teacher assistant), las cuales tienen la siguiente función:
-Preocuparse de que el profesor esté contento con el piso y cualquier problema que pueda surgir, véase: internet, lavabo…. Envía informes diarios de las clases: alumnos que han asistido, tema tratado en la clase, evolución…
-Acompaña al profesor/a a las clases. Actúa de intermediario con la directora (el tema de las guarderías en China por lo que he visto es un negocio monopolizado por mujeres, digno de estudio) para horarios y estas cosas y además en las clases se preocupa de traducir cuando los niños no entienden. Así el profesor extranjero sigue siendo una figura completamente inglesa y nos aseguramos de que también los niños entiendan la clase.
Total, cena de empresa y karaoke. Baijiu, arroz y rock&roll. Cogorza monumental del jefe y uno de los chicos de Shandong que decidimos bautizar como Justin. Es el que mejor se llevaba con el jefe Kevin y pasaron toda la noche en fase de exaltación de la amistad. Se sucedieron numerosos brindis durante la cena que nos recordaban que más que una empresa ya éramos una familia feliz y que trabajaríamos muy nǔlì 努力 (duramente), que no es lo mismo que trabajar como un núlì 奴隶 (esclavo). En fin, atención a este grupito de Shandong porque dará que hablar más adelante en esta entrada. En el karaoke la cosa ya degeneró y acabaron cantando canciones de estas motivadoras para empresas con coreografía incluida. That’s China.
Pocos días después llega Andy, una argentina andorrana que venía en busca de aventuras. Por aquella época llevábamos unas tres semanas en China y de trabajar…poquito. Nuestra rutina se basaba en el desayuno bufet de vez en cuando, el gimnasio del hotel, asistir a comidas/cenas de empresa…y poco más. El fin de semana siguiente firmamos el contrato. El cual teníamos apalabrado que la fecha sería desde el 20 de febrero puesto que aunque empezáramos a trabajar después por circunstancias de la vida y de la empresa, habíamos ido a China para empezar por esas fechas. (Esto lo peleó nuestra agencia de Shanghai con ellos). Ahora empezamos con lo que sería el inicio de nuestra vida laboral aquí:
Lo que la empresa China nos dijo que pasaría: Iríamos las tres a hacer la formación a Shandong, que es dónde la empresa tiene sus profesores y sus escuelas, pero ese no sería nuestro destino final (vaya, otro cambio de destino, no sé por qué ni me parece raro). Andy volvería para quedarse en una guardería cerca de Tianjin y nosotras volveríamos para irnos al Polo Norte, también conocido como Shenyang.
Lo que realmente pasó:
Allá que nos fuimos para Shandong. Yo ya de los nervios porque mi visado caducaba esa misma semana, y aunque me lo iban a renovar en Tianjin resulta que pedían no se qué papeles que no tenían. Vamos que en Shandong tenían un guānxi 关系 (enchufe) en la oficina de policía y mejor me lo hacía allí.
Tras un viajecito guapo guapo aparecemos en Shandong. Allí nos recibe nuestro taxista del alma alias Mister Du y la cara que se le quedó al ver nuestros maletones fue de infarto. Además este hombre no habla nadita de inglés pero de expresivo tiene un rato.
Llegamos, comemos y luego me llevan a pedir la renovación de visado, la cual tardará una semana. Después de eso nos llevan a las tres a un dúplex en el que viviremos con dos de las chicas de la empresa. Esto un jueves.
El viernes fuimos a la guardería que estaba a las afueras de la ciudad y vimos como un profesor filipino (aquí hay un montón de filipinos como profesores de inglés) preparaba a los niños para darles una clase de muestra delante de los padres por la tarde, así los padres quedan convencidos y sueltan el dinerito. Con preparar a los niños me refiero a darles la misma clase unas tres veces antes de la “demo class”, para que así respondan muy bien delante de los padres.
Pasó el fin de semana y llegó el lunes. Oye que no se qué problema hay con los profesores, hoy no vamos a la guarde. Llegó el martes. No hoy tampoco vamos, no os preocupéis. Recuerdo que martes por la tarde fuimos a correr y encontré este parque precioso en el que paramos antes de volver a casa.
Recuerdo que volvía pensando lo pronto que me había enamorado de esa ciudad. Si la vida es una montaña rusa, estaba arriba. Tocaba bajar. Pues eso, en el camino a casa nos encontramos con las TA y nos dijeron que la mañana siguiente a las 7 de la mañana nos volvíamos a Tanggu, que había “no se qué problema que ellas no sabían”.
Aquí empezó la operación “NO NOS MOVERÁN” que consistía en: 1. No sin mi pasaporte y 2. Por mi madre que nos vamos a comer la compra de una semana en dos días y aquí no se tira nada. Como las TA no tenían ni idea de lo del pasaporte nos dijeron que le preguntáramos a Allen que es el de la oficina de Shandong. Le mandamos un mensaje a Allen y su contestación fue algo así como: I’m sooo sooorry, me las he pirado de la empresa. Good luck on it. Ahí ya fue cuando llamamos al traductor que no se había enterado del percal, porque Kevin, para variar, no había contado nada del “problema” en la empresa. Entonces llamamos a Jackie. La conversación fue algo así:
Yo: Oye me han dicho que mañana (miércoles) me vuelva a Tanggu pero no me pienso ir sin mi pasaporte, que me lo dan el jueves.
Jackie: ¿Cómo que te vienes mañana? Bueno si quieres quédate a esperar por el pasporte. ¿Con quién te lo fuiste a hacer?
Yo: Con Allen.
Jackie: Bueno pues dile a Allen que el jueves vas con él a recoger el pasaporte.
Yo: Jackie, illo, que el Allen ha dejao la empresa, que no te enteras.
Jackie: ¿Cómorrrrr? Espera que llamo a Kevin.
En fin, que al final nos quedamos, recogimos mi pasaporte y volvimos a Tanggu el viernes. En aquellos momentos ya sabíamos que algo gordo había pasado y que la oficina de Shandong se venía abajo. Volvimos a Tanggu en un viaje un tanto accidentado. Un bus que en teoría era directo (ya os he dicho que de verdad, la palabrita no la tienen en el diccionario) pasó a ser un trayecto en el que hicimos tres “enlaces”, uno de ellos tiradas en medio de la autopista. Me pasé medio viaje y no exagero oliendo una toallita porque de verdad el olor era insoportable y no es que yo sea una fisna. Por no hablar de otras asquerosidades. Después de ocho horas llegamos a destino con ganas de matar a alguien.
Cuando llegamos a la oficina Kevin nos ofreció su explicación con su inglés macarrónico. Que si se han ido los profesores, que si yo no sé por qué lo han hecho, que si querían más dinero me lo podían haber dicho, que se los ha llevado el Justin (el que no paraba de abrazarse al jefe y llamarlo hermano en la cena de empresa), que no los encuentro de verdad no les voy a hacer nada, que solo quiero saber por qué lo han hecho de verdad que no lo entiendo… En fin, realmente ahora mismo podría hacer una lista interminable de razones de peso por las que los filipinos podrían haberse ido.
A tener en cuenta: este fue un palo bastante grande para la empresa porque una de las guarderías ya había pagado un pastón por las clases de medio año y ahora no había profesor que se presentara. Nosotras le dijimos que si era tanto problema por qué no íbamos una de nosotras para esa guardería que había pagado. Su respuesta fue algo así como que ese mercado ya no era suyo y que no quería dejarnos allí con “aquella gente”. Yo no sé qué líos se traen aquí pero lo de mafia empieza a quedarse corto.
En fin, que por el momento nos quedamos en Tanggu y nos pasamos un par de semanas yendo a una guardería de allí al lado para dar alguna que otra clase y hacer que hacíamos algo. En todas esas Andy no estaba muy convencida con la compañía, cosa que tampoco me extraña. No me pondré a explicar la historia porque es muy larga. En resumidas cuentas no estaba muy contenta con la forma de hacer las cosas de la empresa, no hablaba nada de chino, lo cual yo creo que empeora bastante cualquier situación normal aquí e impide crear cualquier tipo de vínculo bueno o malo con la gente de la empresa (con la que en aquel momento convivíamos a diario), también problemas con las fechas del contrato, etc.
Total, que se quería ir, la entendía y entiendo. Entonces su agencia le dijo que sin problema, le buscaba otra escuela y todos contentos. El caso fue que un día que fue a la entrevista con la otra escuela, aunque no hacíamos nada esos días, sí era día laborable y tenía que haber avisado y preguntado a la empresa, y solo se lo había comentado de pasada al traductor y el resto no se habían enterado. Su agencia decidió decirles que iba a dejar la empresa mientras ella estaba en Pekín y se armó la marimorena.
Yo considero que fue fallo de la inocencia de la chica de la agencia lo que vino a continuación. Hay que tener en cuenta que nuestro contrato tiene una multa de 5000 yuanes (unos 600 euros) si decides irte o rompes el contrato y a ver, partiendo de que son chinos, no iban a dejar que se fuera tan fácilmente y el hecho de ir a Pekín sin aviso previo rompía una de las normas del contrato.
Pues eso mismo fue lo que pasó. El profesor Cui, tan tranquilamente mientras estábamos poniendo los platos en la mesa, cogió y cerró con llave la puerta de Andy con todas sus cosas dentro. Yo, que soy muy inocente todavía a estas alturas, me pensé que era para asegurarse que hablaba con ella antes de que se fuera.
La situación era la siguiente: aunque antes de que llegara de Pekín nos dijeron que le dijéramos que se pensara bien si quería quedarse o irse, cuando llegó no tuvo opción. El Cui la recibió con una intérprete que había contratado para la ocasión (el traductor no estaba) y sin ánimo de crítica, la intérprete dejaba mucho que desear. Creo que más bien era una china con cierto nivel de inglés. En fin.
El caso fue que las condiciones del pájaro (Profesor Cui) eran las siguientes: te vas o te vas y me pagas o me pagas. Y no solo me pagas la multa, me pagas esa cláusula del contrato que pone “5000 yuanes de multa y todas las penalizaciones económicas que la empresa considere necesarias”. Nunca pensé que una frase tan general podría convertirse en algo tan específico: [sextuplica aquí la multa inicial]. Desayunos, comidas, estancia en el hotel, “formación”, desplazamientos. Poco más y le cobran el aire. Y esa noche no ponía pie en el piso de la oficina y dormía en otra habitación del hotel, a cargo de ella, claro está. Creo que nunca olvidaré el “GO. NOW.” de ese hombre que en teoría no sabía nada de inglés.
La multa la asumió su agencia considerando que el método había sido error suyo y pudo recuperar sus cosas al día siguiente. El traductor (que además era amigo del pájaro), dejó la empresa al día siguiente cuando se enteró. Nos contó que la empresa no estaba en su derecho de haber hecho eso y que podíamos haber acudido a la policía perfectamente porque en primer lugar todavía no tenemos visado de trabajo (¡pero lo tendremos eh!) y seríamos “inmigrantes ilegales” con lo cual el contrato pierde todo su valor. En fin, el caso es que por fin era libre. Fueron unos días bastante horribles y se dieron situaciones y momentos bastante fuertes.
Bueno, después de esta experiencia y teniendo claro de que si nos queremos ir mejor hacerlo sin dar señales, nos vinimos a Jixian, al norte de Tianjin.
El cuadragésimo tercero plan de la empresa era: Sara, Irene y sus dos TA (Cindy y Sunny, respectivamente) se van a Jixian a dar las demos y cuando los padres estén convencidos Irene se sube a Shenyang con su TA a dar más demos mientras Sara se queda en Jixian dando clase. En junio son felices y comen perdices juntas en un piso en Tanggu y los filipinos las sustituyen en los coles en los que han estado. Sara en la guardería a la que habíamos estado yendo aquellos días (aquí) e Irene dando demos y clases todavía-no sabemos-dónde. Visto así puede parecer que nos utilizan de cebo y personalmente creo que sí, lo hacen.
Lo que realmente ha pasado: por una vez el plan se está cumpliendo, al menos de momento. Eso sí, siempre con pequeñas variaciones por el camino:
- De hotel en hotel y tiro porque me toca: cuando llegamos a Jixian vivimos dos semanas en un hotel (¡otro!). Para variar al principio solo serían tres días hasta que diéramos las demo. Después Irene se fue a Shenyang, pero yo seguía en el hotel. Nos encontraron un piso pero al final por unas o por otras salió mal y no lo alquilaron. Su conclusión fue que mi TA y yo buscáramos pisos pateando medio Jixian. Mientras lo hacía recordaba perfectamente mis palabras de la última entrada cuando decía que las ofertas incluían alojamiento y “ahorrarse la búsqueda de piso en este país me parece un lujazo”. Las vueltas que dan las cosas oye. En definidas cuentas, hasta que amenacé con que si no me daban un piso en tres días me plantaba y no daba clase, no se presentaron aquí los impresentables (el taxista y el pájaro) y me buscaron piso. Encontraron uno bueno pero que estaba muy lejos de la guardería y como querían dejar el asunto resuelto en ese mismo día no quedaba opción y querían firmar y venga. Todo bien hasta que minutos antes de firmar nos levantamos y nos vamos con media agencia persiguiéndonos y agarrando al pájaro por la manga y tirando de él. Una vez en el coche me enteré que el propietario del piso no quería limpiarlo antes de que entráramos a vivir y que el profesor había decidido que era razón suficiente como para pasar de su cara. No sé si es una ofensa o qué, pero nos fuimos. Lo cual nos llevó a enseñarles el único piso que había visto de los mil que habíamos buscado y me había gustado, pero que era muy caro comparado con lo que hay por aquí. Lo cual viene a ser 250 euros por un piso de tres habitaciones. Para ser sinceros, el piso es UNA PASADA. Cama de dos metros, televisión de plana de unha chea de pulgadas, salón enorme con ventanal… La verdad me sabía mal que el hombre fuera a pagar por un piso tan bueno pero después lo pensé y qué coño, llevo tres meses en un hotel. Finalmente aquí estoy escribiendo y tan feliz oye. El remordimiento tardó en irseme lo que tardé en deshacer mis maletas por completo por primera vez en tres meses.
- Han caído algunos por el camino: mi TA (Cindy) ha abandonado el barco. Y no ha sido culpa mía, lo prometo. Era algo que la verdad se veía venir desde hace tiempo. A ver, pongámonos en contexto. Se trata de una chica china de 27 años pero que creo que realmente yo diría 21 años de una chica española. Por la edad no me refiero a que sea infantil porque yo tampoco soy una abuela sino que no sé, creo que nunca ha vivido situaciones en las que tenga que valerse por sí misma, sino que ha estado siempre al amparo de sus padres o su novio. A ver si consigo explicarme. A esta chica la empresa le dijo que se vendría a Tianjin solo para una semana y se volvería a trabajar a Shenyang, pero las cosas para variar se alargaron y llevaba aquí ya casi un mes. A eso le sumas que se sentía como si hubiera viajado a la otra punta del mundo y se veía sola y sin familia, que la empresa le paga fatal (incluso comparado con los sueldos de aquí), que le mienten todo el rato diciéndole que volverá pronto, que tiene más responsabilidades de las que ella pensaba: creía que sería simplemente teacher assistant pero le ha tocado la búsqueda de piso, que si preocúpate de dónde se paga la luz, el agua, habla con el propietario (todo esto conmigo de ganchete ofreciendo apoyo moral), que está lejos de su novio… No sé, realmente para ella era todo un drama y desde su punto de vista la entiendo, además la empresa la trataba fatal y directamente le dijeron “si te vas me la pela, me la pela, me da igual si llueve o nieva….”. Lo siento pero tenía que hacer referencia a esa canción que no paramos de usar para situaciones varias. La verdad que no se merecía para nada el trato que le dieron. En cuanto a mí, hay menos extranjeros que chinos en este país y les sigue compensando tratarme bien para que no coja un día y me vaya. A las fuentes de ingresos hay que tratarlas bien oye. Recordemos que la empresa ahora mismo solo nos tiene a Irene y a mí hasta que vayan a Filipinas este mes, lo cual nos da cierto margen. Volviendo a Cindy, me dio mucha pena que se fuera porque habíamos congeniado muy bien y me lo pasaba genial con ella. Me ha encantado haber conocido tanto de su día a día, sus costumbres y su relación con su novio que tampoco es igual a las relaciones “occidentales”; además de contarle tantas cosas de España y cómo es la vida fuera de China. Creo que hemos aprendido bastante una de la otra.
Y eso es todo hasta el día de hoy. Sé que se me ha ido de las manos la entrada y se ha hecho demasiado larga. Quizás después de haberlo leído algunos se pregunten cómo después de todo esto (algo censurado, por seguir las costumbres del país) todavía sigo en este empresa o directamente en China. La verdad, me han dado momentos muy malos, sobretodo al principio, pero creo que he vivido mucho más de esta forma que si llegara y me pusiera a dar felizmente clase en una guardería y ya está. También no quiero que nadie piense que esta es la norma en China. Es más no conozco a nadie que lo hayan mareado tanto como a mí y lo normal es eso, llegar y ponerse a trabajar en la guarde/cole que corresponda.
Sin embargo haber pasado todo esto es algo que valoro muchísimo, ver cómo son desde dentro, para lo bueno y para lo malo. ¿No es acaso eso lo que venía buscando? He visto cómo se hacen las negociaciones entre empresa y guardería, cómo funciona todo y las normas de cortesía habituales entre ellos, asistido a comidas de negocios con invitadas que llevaban un collar que costaba más que mi pueblo entero y pasado el año nuevo con una familia china, también sé cómo sé cómo buscar un piso en China y todos los asuntos de los que me tengo que preocupar si algún día me toca volver a sacarme las castañas del fuego, he cometido errores que no volveré a cometer una segunda vez y eso es jugar con ventaja, he hecho turismo gratis (¡seamos positivos!) y en fin sé cómo se las gasta esta gente (la empresa). Sinceramente creo que todo lo que he vivido me servirá de mucho en mi futuro en este país. Como me ha dicho cierta persona, es mi currículum.
Bueno esto, y todo lo que venga, que la aventura continúa