El nuevo y pasmosamente ridículo sistema de censura para las series chinas

Justo cuando parecía que los censores del gobierno chino ya habían tocado fondo en sus ridículos intentos por “proteger” a las audiencias, hace unos días se han hecho públicas una serie de directrices dignas del más casto convento de clausura.

Es más, resulta que servidor fue educado en un colegio de monjas de dudosa paciencia, pero aun así, recuerdo que de vez en cuando el cura nos puso alguna película con escenas de sexo explícito como Las dos caras de la verdad (1996), algo totalmente impensable en un instituto chino cualquiera.

Pero como vengo anunciando, esta vez la mojigatería de la Administración Estatal de radio, Cine y Televisión ha llegado a límites realmente desconcertantes.

El asunto saltó a la palestra el pasado 8 de agosto, cuando la actriz Yao Chen, protagonista de la famosa serie Abogado de separaciones inició una ronda de opiniones y preguntas abiertas entre los seguidores de su cuenta de Weibo.

A las 17:16 de la tarde, la actriz mostró un fotograma inédito de una escena en la que aparecía acostada junto al actor Wu Xiubo, y tras varios comentarios más o menos halagadores por parte de sus fans, esta reveló que la escena había sido censurada por el ya citado órgano del gobierno, ya que ha quedado prohibido mostrar a parejas no casadas compartiendo cama.

Pero no os imaginéis que apareciesen tetas o partes pudientas, porque los actores ni siquiera se habían quitado la ropa, ni se estaban besando, ni tocando, ni nada de nada. Es decir, como podéis apreciar en la foto de la cabecera, simplemente aparecían ambos echados sobre la cama y haciéndose bromas al estilo inocente-infantil (que tanto gusta por aquí).

Ahora bien, el resto de las normas que acaban de implantar los censores resultan tanto o más esperpénticas que la ya expuesta. Para que os hagáis una idea:

1) El protagonista no puede ser demasiado ligón, y las amantes de los hombres casados no pueden ser felices.

2) Nada de historias de mujeres nacidas a partir de los 80 que tiene hijos sin haberse casado.

3) Los argumentos con fantasmas o personajes con poderes sobrenaturales son solo para series infantiles.

4) En las series que reproduzcan el espacio de un centro educativo, no pueden representarse romances entre adolescentes, ni escenas de violencia.

Y es que, según se ha insistido en algunos de los medios que han comentado la noticia:

“los temas e historias de las series de televisión y las películas han destruido la concepción de la vida, el sistema de valores, y la visión del mundo de la audiencia. Series como las de personajes del pasado que viajan o despiertan en el presente, las de fantasmas femeninos, o las de superhéroes, son cosa de niños; las cada vez más frecuente idolatría del dinero, junto con la proliferación de series sobre queridas vengativas, han transformado el sentido estético tradicional de estas obras; y las películas bélicas y las de temas políticos no parecen tener tabúes”.

Desde luego, a la vista de la cruz que tienen que arrastrar los productores chinos, no me extraña nada que muchos apoyasen el bloqueo de series americanas como The Big Bang Theory, porque ya me explicaréis cómo iban a competir contra ellas tras pasar por semejante trituradora de imaginación y expresión (la serie de los nerds podía descargarse y verse sin cortes a través de Internet).

Personalmente, puedo entender que el gobierno chino quiera proteger a sus ciudadanos de determinados contenidos, pero estas normas me parecen dignas de un régimen de película, valga la ironía, algo que solo se le podría ocurrir al más inverosímil y chapucero súper-villano, aunque, una vez más, parece que la realidad supera a la ficción.

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