El viejo sueño Gobierno chino de convertir al renminbi yuan (RMB) en moneda de referencia puede estar a punto de hacerse realidad. A media que Pekín pone a prueba su maquinaria expansiva a fuerza de decreto y áreas de libre comercio, la moneda nacional va ganando peso frente al dólar. Los acuerdos bilaterales con bancos centrales de todo del mundo y la apertura de las bolsas de Hong Kong y Shanghai refuerzan la internacionalización del renminbi, la pregunta es ¿será esta la antesala de un tipo de cambio libre?
Más de 30 bancos centrales del mundo han incluido el en Renminbi yuan en sus reservas de moneda extranjera, incluidos los de Canadá, Australia y Qatar, y más de 28 han aceptado sistemas de pago swap en dos monedas. Según datos del Gobierno chino, desde 2014 la cuantía de las transacciones internacionales realizadas en moneda nacional sumaron 4,8 millones de RMB, una cifra que supera el total alcanzado en el ejercicio anterior.
El movimiento expansivo en la internacionalización de la moneda nacional tiene en la bolsa uno de sus principales exponentes. El pasado 17 de noviembre se puso en marcha a apertura bidireccional de los mercados de Shanghai y Hong Kong para inversores extranjeros y chinos respectivamente. La medida permite por primera vez a los chinos invertir en la Bolsa de Hong Kong y a los extranjeros comprar acciones A en el mercado de Shanghai sin necesidad de autorización previa. El desarrollo de los mercados financieros del país va pues en consonancia con los esfuerzos por hacer del RMB una moneda cada vez más internacional que pueda emplearse en las transacciones financieras indistintamente con el dólar, dos acciones que, junto con la creación de áreas de libre comercio, parecen perseguir el objetivo de la liberalización del sistema monetario, uno de los grandes handicaps y quebraderos de cabeza para los inversores internacionales.
Pekín ha anunciado claramente (algo inusual en los comunicados oficiales) que el objetivo de China es ‘acelerar el proceso de internacionalización del renminbi para convertirlo en una moneda de reserva en el sistema internacional en aras de realizar una reforma del tipo de cambio en China” (CCTV-20/11/2014), una afirmación que por sí sola debería ser suficiente para dejar claras las intenciones del Gobierno, sin embargo, la depreciación artificial del yuan durante los últimos meses parece poner freno a esas ‘buenas intenciones’. La necesidad de perpetuar la economía de exportaciones para parar el golpe de la desaceleración del Gigante Asiático pesa todavía más que los incentivos para atraer una inversión extranjera directa, actualmente en retroceso.
*Este post se publicó originalmente en la sección Negocios en Yuanfang Magazine
Autor: Sergi Alcalde