Es fácil señalar a China como un chivo expiatorio

A China se le acusa de que contamina, pero sus niveles per cápita son menores que muchos países y finalmente, gran parte del consumo de carbón de China se ha utilizado para producir bienes para el resto del mundo.

Si China no tiene éxito en su transición verde, finalmente el mundo no tendrá éxito en la lucha climática.

Joe Biden reprendió contra China por no la ausencia de Xi Jinping en la cumbre climática COP26 de Glasgow. Sin embargo, el problema no es que Xi Jinping eligiera quedarse en casa, sino que la cumbre climática confirmó la incapacidad de los países ricos para asumir responsabilidad. Esto queda bien ilustrado cuando Joe Biden no pudo pronunciarse sobre la eliminación gradual de la producción de carbón en Estados Unidos.

Las mediciones de emisiones son «engañosas»

Es fácil convertir a China en un chivo expiatorio. El país emite la mayor cantidad de CO2 del mundo y representa alrededor del 30 por ciento de las emisiones globales de CO2. Por su lado, Estados Unidos ocupa el segundo lugar con poco menos de la mitad de la participación de China en las emisiones mundiales.

Sin embargo si consideramos esas emisiones con la población, las emisiones de CO2 per cápita de Estados Unidos son de aproximadamente el doble que China y ocho veces más que India. Las emisiones de CO2 per cápita de China están a niveles de varios países europeos.

Si miramos las emisiones históricas, la principal razón de la crítica situación actual, Estados Unidos está muy por delante del resto, calculado a partir de 1850, la fase inicial de la industrialización estadounidense. Si calculamos las emisiones históricas per cápita, Estados Unidos y la Unión Europea están millas por encima de China, mientras que India apenas aparece en las estadísticas.

Un reconocimiento más claro de la responsabilidad de los «viejos» contaminadores es fundamental para lograr la confianza y la cooperación en un mundo marcado por la polarización.

Y cabe destacar que una gran parte del consumo de carbón de China se ha utilizado para producir bienes para el resto del mundo. Durante décadas, las empresas estadounidenses y europeas han aumentado sus ganancias trasladando la producción a China y países de bajo costo. Esto nos ha dado productos más baratos y, no menos importante, menores emisiones en nuestra parte del mundo.

Cuando solo medimos las emisiones que ocurren donde se producen los bienes, y no donde se utilizan, los Estados Unidos y los países europeos ahorran emisiones significativas en casa a través de la importación de bienes.

El desafío de China es grande

China alcanzará el pico de emisiones para 2030 y se planea que sea neutral en carbono para 2060. Muchos han pedido que los objetivos chinos sean aún más ambiciosos, pero los desafíos que tienen delante son grandes. En varias provincias chinas, tanto los propietarios de fábricas como partes de la población han sufrido cortes de energía. El alcance de las medidas que estamos viendo ahora en China para ahorrar energía ilustra una grave crisis energética, pero también que China se toma en serio la política climática.

Los líderes de los partidos locales de China ahora se están midiendo por la medida en que son capaces de equilibrar las consideraciones de crecimiento económico, por un lado, y el racionamiento de la electricidad para la industria y la población, por el otro.

La gestión de crisis, ya sea en el medio ambiente, las burbujas inmobiliarias o las pandemias, es crucial para la legitimidad del Partido Comunista. Por lo tanto, es una alta prioridad para los líderes de China cumplir con los objetivos establecidos en la política climática.

Conclusión

China tiene un reto enorme delante, no obstante los países más ricos en occidente tienen que ser los primeros en dar ejemplo. Y si finalmente los países más ricos continúan rehuyendo a las medidas y siguen señalando a China como culpable, no os sorprenda que haya más jefes de estado ausentes de las futuras cumbres climáticas.

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