Entrada también disponible (con vídeo incluido del jianzi) en http://escalapekin.blogspot.com/2013/07/los-chinos-y-su-tiempo-libre.html
Los cambios que ha experimentado China en los últimos años se dejan ver en muchos ámbitos. En las ciudades los rascacielos se cuentan por decenas, cuando hace unos años las casas no tenían más de unas pocas plantas; los coches y el metro sustituyen poco a poco a otros medios de transporte más rudimentarios; la tecnología ha llegado con fuerza y los teléfonos móviles parecen una parte más del cuerpo humano, de la que es imposible separarse. Sin embargo, llama la atención como estos cambios parece que no han afectado a la población de mayor edad, que sigue haciendo una vida muy similar a la de hace veinte años ajenos en cierta manera a todo lo que sucede en su entorno.
Se dice muchas veces que los chinos son una sociedad por lo general poco deportista. También existe la creencia de que la sociedad china vive por y para el trabajo y que no saben divertirse. Creo que tanto una como otra distan bastante de la realidad. A diferencia de España, donde el consumo medio de televisión se sitúa en más de cuatro horas (una cifra bastante triste por cierto) y ocupa gran parte del tiempo libre de la población, y en particular de las personas mayores, en China la televisión no es la encargada de ocupar las horas muertas.
Así, respecto a la primera, si entendemos por deporte el fútbol, el baloncesto, el rugby u otros deportes típicamente occidentales, pues es obvio que en China eran desconocidos hasta la apertura del país hace un par de décadas. Esto no quita para que existan otros deportes ampliamente practicados en el país y que además, como no podía ser de otra manera, dominan en todas las competiciones internacionales. Los más representativos son, sin duda, el pingpong y el bádminton. Estos son deportes que no necesitan ni de mucha infraestructura ni de muchas personas para poder jugarlo, por lo que en cualquier esquina puedes encontrarte partidos o torneos improvisados.
Por último, cierto es que salir a bares a tomar algo o a discotecas no ha entrado históricamente dentro del ocio (nocturno, en este caso) de los chinos. Al menos hasta hace algunos años. En su lugar lo normal era y en parte sigue siendo quedar a comer, jugar a los dados o a las cartas, o ir al karaoke. Esto no quiere decir que las noches no vayan acompañadas de alcohol. Nada más lejos de la realidad, según algunos estudios en 2011 se consumió en China alrededor de 62.000 millones de litros de alcohol (entre cerveza, vino, licores y otras bebidas importadas) y las tasas de crecimiento se mantienen en un preocupante 5-6% anual.
Es una pena que todos estos hábitos empiecen a perderse tan bruscamente y que otras formas de ocio menos sociales comiencen a preponderar entre la población más joven. De ser así, parte de la cultura milenaria china quedaría tristemente enterrada por las nuevas tecnologías.