A finales de la década de 2010, China incluso parecía desbancar a Estados Unidos como pionero internacional. Ahora China se ha vuelto fuertemente hacia adentro.
Hace medio siglo, China estaba sumida en una revolución cultural, que le supuso empobrecerse y aislarse del resto del mundo. Y cuando se rompió la brecha con la Unión Soviética, China se quedó aún más sola y apenas se filtraba información de China hacia al mundo.
A fines de octubre de 1971 las cosas cambiaron, la Asamblea General de la ONU aprobó que la República Popular China reemplazará a Taiwán, que anteriormente había representado a China y el presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, visitó Beijing para reunirse con Mao Zedong.
A partir de ese momento las cosas cambiaron. China amplió rápidamente sus relaciones internacionales aunque siempre de una forma controlada y mirando para los intereses de su población. En diciembre de 1978, el máximo líder del país, Deng Xiaoping, anunció que China también abriría su economía nacional y en 1980, la República Popular de China se unió al Fondo Monetario Internacional. China estableció zonas económicas especiales en las ciudades costeras y empezó a atraer inversores.
En cuarenta años, el ingreso per cápita de China aumentó más de 40 veces. Al mismo tiempo, casi 600 millones de personas se mudaron del campo a la ciudad. China se urbanizó, industrializó, prosperó e internacionalizó. En 2001, el país fue admitido en la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Después de que Xi Jinping llegó al poder en 2012, el ritmo de internacionalización se aceleró aún más. En 2017, Xi se convirtió en el primer jefe de estado chino en participar en el Foro Económico Mundial de Davos y abiertamente Xi hizo hincapié en la globalización, el libre comercio, los objetivos de desarrollo sostenible y el Acuerdo Climático de París.
China parecía entrar en el escenario mundial para reemplazar el asiento de líder que tenía Estados Unidos.
Pero las cosas han cambiado. Durante la crisis del coronavirus, China se ha vuelto hacia adentro. El país ha tratado la pandemia con tolerancia cero. Por lo que China ha cerrado casi por completo sus fronteras y mantiene estrictos requisitos de cuarentena.
Mientras, Xi, preocupado por la desaceleración del crecimiento económico, dio a conocer una nueva política económica el año pasado que prioriza la demanda interna, aunque permanece abierta al comercio y la inversión internacionales. China está aislando su mercado interno y aumentando su autosuficiencia.
Sin embargo, a todo lo mencionado, hay que unirle el desarrollo armamentístico reciente de China y sus conflictos con sus vecinos, que han provocado una fuerte reacción de occidente. Estados Unidos y sus aliados están intensificando su cooperación, uniendo fuerzas con Australia, India y Japón entre otras naciones. Para así contrarrestar la influencia china.
Los pactos comerciales que se establecieron en el pasado cuando China no era una «amenaza» plantean por parte de varias naciones occidentales que las cosas han de cambiar, influyendo en gran medida la guerra comercial actual entre Estados Unidos y otras naciones con China.
Por otro lado, desde China se están controlando más de cerca las empresas y también en el sector de la educación. Las autoridades educativas chinas niegan los valores occidentales y han reducido su cooperación con universidades extranjeras. China está filtrando que la educación siga sus directrices y no las de occidente.
El flujo de información también se ha vuelto más difícil. Los corresponsales en China están siendo monitoreados más de cerca y los periodistas han tenido que abandonar el país. Google y Facebook se retiraron de China hace mucho tiempo, y ahora Yahoo también se ha cansado del “desafiante entorno empresarial”.
Xi visitó el extranjero por última vez en enero de 2020. Este otoño, se perdió tanto la cumbre del G20 en Roma como la cumbre climática de Glasgow. En la segunda semana, el Comité Central del Partido Comunista adoptó una resolución en Beijing sobre la importancia histórica de Xi y se le allanó el camino para conseguir su tercer mandato como secretario general.
Durante casi 50 años, China se abrió y permitió la inversión, la tecnología, la influencia de occidente además de que estuvieron creciendo en su participación a nivel mundial. ¿Está quizás empezando ahora un cambio donde China cerrará puertas a occidente?